Juristas europeos acusan a España de violar el convenio de derechos humanos con la ley de la memoria
El acuerdo de Europa obliga a los Estados a investigar las desapariciones forzosas mientras la norma española lo deja en manos de sus familiares
Levante-EMV, Valencia
Jueces y fiscales europeos              pertenecientes a la asociación Medel (Magistrados Europeos por la              Democracia y las Libertades,) que aglutina a una veintena de              organizaciones entre las que se encuentran las progresistas Jueces              para la Democracia y la Unión Progresista de Fiscales, acusan al              Gobierno español de incumplir el Convenio Europeo para la Protección              de los Derechos Humanos al no investigar por propia iniciativa las              desapariciones forzosas durante el franquismo. Así se desprende de              las conclusiones a las que llegó la asociación tras unas jornadas              celebradas la semana pasada en Madrid, coincidiendo con el 70              aniversario del fin de la Guerra Civil española.
Los magistrados              europeos de Medel, que instaron al Gobierno a crear una comisión de              búsqueda de esas víctimas y especialmente de los niños desaparecidos              durante el franquismo, apoyaron sus conclusiones en los últimos              trabajos del profesor del Instituto de Derecho Penal Europeo e              Internacional de la Universidad de Castilla-la Mancha, Miguel Ángel              Rodríguez Arias.
El investigador, y autor del libro Los casos de              los niños perdidos del franquismo, destaca en una de sus últimas              publicaciones que la Ley de la Memoria Histórica aprobada en 2007              por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero viola los artículos              2 y 13 del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos              Humanos. En éstos se recoge la obligación del Estado de investigar              "ipso facto" los casos de desapariciones forzosas de los que se              tenga noticia, y a hacerlo "por propia iniciativa de sus              autoridades" que deben emprender "una investigación oficial,              efectiva e independiente", reza el convenio.
Sin embargo, el              artículo 13 de la Ley de Memoria Histórica deja la localización y              recuperación de las víctimas en manos de sus propios familiares o              las entidades que actúen en su nombre. Algo que han censurado los              magistrados y fiscales de Medel, que recordaron al Gobierno que el              citado convenio ha sido además reafirmado por jurisprudencia              constante del Tribuna Europeo de Derechos Humanos. Rodríguez cita en              su investigación hasta una veintena de sentencias en este sentido.             
Para el investigador, el caso español tiene además varias              peculiaridades que lo agravan y hacen más necesario si cabe que el              Gobierno tome la iniciativa en este asunto. En primer lugar, por el              hecho de que se produjeran miles de desapariciones de niños, que se              prolongaron hasta mediados de los años cincuenta, y que son personas              de las que hay razonables expectativas de vida y a las que se les              podría ayudar a reunirse con sus familiares o a conocer al menos su              historia. Sin embargo, la Ley de la Memoria, señala Rodríguez, ni              siquera hace referencia a estos niños robados de sus madres por su              ideología en las cárceles o las colonias infantiles.
Pero              además, estas desapariciones se produjeron con la participación de              los agentes del Estado instaurado con la Guerra Civil, que robaron              estos niños a sus madres y se encargaron de modificar los registros              civiles, razón de más, apunta el investigador, para que un Gobierno              democrático quisiera ayudar a conocer qué ocurrió con los más de              130.000 desaparecidos durante la dictadura, como sí han hecho otros              países tras sus dictaduras.
"Auto-restitutio" familiar
Sin              embargo, el Gobierno deja en manos de los familiares o de las              asociaciones la búsqueda de sus víctimas, limitándose a subvencionar              los gastos de las exhumaciones. "Una subvención para desenterrar a              sus propios muertos de allí donde el Estado los asesinó de forma              atroz y masiva", señala Rodríguez en su trabajo en el que censura              también que "a las alturas de 2007 dicha suerte de 'auto-restitutio'              familiar haya sido estimda por nuestras autoridades democráticas              como un mejor modelo a seguir".
A esto se une la dificultad de              familiares y asociaciones para iniciar este proceso. Tras la              inhibición del juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, de la              causa abierta por los desaparecidos del franquismo, hace unos días              el caso llegó al juzgado de instrucción número 12 de Valencia. Sin              embargo, para abrir diligencias este juzgado necesita casos              concreetos que investigar porque los familiares que sabían de niños              robados en el franquismo han muerto en su mayoría y muchos de              aquellos niños son hoy personas de más de 70 años que en muchos              casos no saben o no quieren saber. Será el Grupo para la              Recuperación de la Memoria Histórica de Valencia la que tendrá que              emplearse a fondo para recuperar casos concretos que investigar si              no quiere que la causa se cierre en falso.
Pero además, según              Rodríguez, el hecho de que el Estado delegue "impropiamente" las              exhumaciones en manos de los familiares compromete la validez              probatoria de los restos que se puedan encontrar en fosas comunes,              que "son el escenario de un crimen". 
*Fuente: levante-emv.com, 5 de abril de 2009
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