La oposición siria no está
sola en su lucha contra el régimen represor de Bashar al Assad. Una
nueva filtración de decenas de correos electrónicos por
parte de Wileaks demuestran que una empresa estadounidense de
seguridad privada, SCG International, ha estado ayudando a los rebeldes
en sus esfuerzos por derrocar al presidente
sirio.
Aunque no han sido los opositores quienes han buscado estos refuerzos. Detrás de este movimiento se encuetran las autoridades de Estados Unidos, beligerantes hacia el régimen de Damasco. Por si fuera poco, el presidente ejecutivo de SCG es James Smith, exdirector de la famosa compañía Blackwater, acusada de asesinatos en las gueras de Irak y Afganistán.
En uno de sus correos, Smith explica que su compañía está compuesta por "antiguos miembros del Departamento de Defensa, la CIA y del FBI". Además, ya desplegaron sus servicios en Libia para proteger y entrenar a los rebeldes del Consejo Nacional de Transición que, finalmente, derrocaron al sátrapa Muamar al Gadafi.
El exdirector de Blackwater asegura que su compañía fue contratada para aconsejar a la oposición siria, con sede en Turquía, en la llamada misión de investigación. Sin embargo, "la verdadera misión es hacer todo lo posible para conseguir un cambio de régimen". Todo ello con la complicidad de Estados Unidos, entre ellos el congresista republicano Sue Myrick.
La definición de empresas de seguridad privada puede engañar. Los supuestos objetivos de estas organizaciones en la teoría son prestar seguridad y entrenamiento militar. En la práctica, actúan como mercenarios al margen de las leyes locales e internacionales. Los opositores sirios no están solos, pero quizás tampoco están bien acompañados.
Aunque no han sido los opositores quienes han buscado estos refuerzos. Detrás de este movimiento se encuetran las autoridades de Estados Unidos, beligerantes hacia el régimen de Damasco. Por si fuera poco, el presidente ejecutivo de SCG es James Smith, exdirector de la famosa compañía Blackwater, acusada de asesinatos en las gueras de Irak y Afganistán.
En uno de sus correos, Smith explica que su compañía está compuesta por "antiguos miembros del Departamento de Defensa, la CIA y del FBI". Además, ya desplegaron sus servicios en Libia para proteger y entrenar a los rebeldes del Consejo Nacional de Transición que, finalmente, derrocaron al sátrapa Muamar al Gadafi.
El exdirector de Blackwater asegura que su compañía fue contratada para aconsejar a la oposición siria, con sede en Turquía, en la llamada misión de investigación. Sin embargo, "la verdadera misión es hacer todo lo posible para conseguir un cambio de régimen". Todo ello con la complicidad de Estados Unidos, entre ellos el congresista republicano Sue Myrick.
La definición de empresas de seguridad privada puede engañar. Los supuestos objetivos de estas organizaciones en la teoría son prestar seguridad y entrenamiento militar. En la práctica, actúan como mercenarios al margen de las leyes locales e internacionales. Los opositores sirios no están solos, pero quizás tampoco están bien acompañados.
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