En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle. Gandhi.


lunes, 28 de febrero de 2011

Pegado a la pantalla de Al Jazeera English: cuando nada es probable y todo es posible

Pegado a la pantalla de Al Jazeera English: cuando nada es probable y todo es posible

La sublevación de masas a que estamos asistiendo en directo en todo el norte de África suscita, por lo pronto, esta reflexión: en la evidente bancarrota del proceso de remundialización capitalista iniciado hace más de tres décadas, nada es probable y todo es posible. Signo del caos, del creciente desorden de un mundo viejísimo que no se cansa sin embargo todavía de proclamar su radical novedad, su juventud. Tal vez porque, en una farsa senil, se ha empeñado en repetir las catastróficas tarascadas trágicas de sus tiempos mozos de la belle époque.

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jueves, 24 de febrero de 2011

Sobre el proceso de constitución de las mesas de convergencia - Los puntos sobre las íes



En primer lugar hay que dejar claro, que la idea inicial y el grupo impulsor lo constituimos personas, no vinculadas a ningún órgano de dirección política, más bien fuertemente vinculados a los movimientos sociales y ciudadanos. En segundo lugar esta propuesta de articulación y resistencia cívica, surge pues de personas con experiencia y bagaje político y socio-sindical, pero sin compromiso alguno más allá del moral y ético con las ideas transformadoras, la búsqueda de otro mundo posible y el socialismo de izquierdas en el amplio y profundamente revolucionario concepto del término. Pero si algo nos une es el no dogmatismo y el antineoliberalismo amen de la convicción en que la ciudadanía autoorganizada es la única que puede crear un contrapoder efectivo, frente a los poderosos y a su instrumento principal, los bancos. No partimos de un debate ideológico previo. Simplemente de de una indignación ante lo que esta sucediendo a nuestro alrededor y de constatar como se nos ha hurtado la soberanía popular y vivimos una suerte de dictadura mercantilizada, que todo lo contamina, incluidas las mentes y las relaciones personales, no digamos el efecto destructivo y depredador sobre el medio ambiente.

No hemos pretendido hacer una summa teológica del pensamiento progresista de verdad o revolucionario consecuente, no éramos quienes para hacerlo, solo pretendíamos desde abajo, comunicarnos con las de abajo. La ciudadanía ese gran sujeto político es la que debe reaccionar y por tanto, lo único que pretendemos es mover su conciencia siendo libres del cortoplacismo electoral. Facilitar humildes cauces para lograr el empoderamiento ciudadano.

Hemos actuado como ciudadanos y ciudadanas libres y sin ataduras. Han circulado informaciones tendenciosas en medios de comunicación que apoyan a fuerzas políticas constituidas o en constitución, en el caso de “Público” esto ha sido evidente y no se ha entendido o querido entender que hay otras formas de hacer política, de entender la política. De explorar nuevos espacios y de preocuparse de lo que en el fondo pocos se preocupan, de las y los que sufren, padecen la inseguridad ante un empleo precario, se sienten solos y desamparados frente a la rapiña y la usura de los bancos o se encuentran solas y solos ante unos servicios esenciales privatizados, convertidos en negocio y por tanto crueles ante sus necesidades. Resumiendo, las cosas dolorosamente simples previas a cualquier cuestionamiento sistémico.

Se nos ha dicho que no nos hemos dirigido a esta o tal fuerza política. Hemos utilizado la red, contactos personales, pero ni políticos, ni con una lista previa. Quien ha querido estar lo ha hecho por que le ha parecido bien y ha decidido apoyar e incluso saludar a la Asamblea del día 19 de Febrero, pero no hemos excluido a ninguna fuerza política. Se nos ha visto con precaución y con desconfianza “qué harán estos”, si el documento es malo, le falta esto, son socialdemócratas, no son anticapitalistas, están al servicio de IU, son la parte bis de su refundación, en fin tonterías.

No hay nadie más que los firmantes sean de donde sean detrás de esto. No hay ningún movimiento ciudadano apoyando, hay gente con ganas de hacer algo y si esto pincha, seremos solo un grupo de pringaos que pensábamos que era posible hacer política de otra forma y además de que esta sea siempre participativa. Dichoso cual, agradecemos cualquier apoyo que pueda darse, claro, e invitamos a que todas y todos impulsemos un proyecto, que permite perfectamente hacer a cada cual sus tareas, incluidas las electorales, pero también permitamos que se creen vehículos participativos amplios, comunes y unitarios, necesariamente amplios. Desde abajo.

Hemos tenido una buena acogida y la seguimos teniendo. Este proyecto no va contra nadie más que contra los que ahogan a la ciudadanía, acaban con sus derechos, extorsionan y controlan a los gobiernos o los gobiernos que aplican políticas neoliberales que extraen de las clases populares y trabajadoras, recursos para favorecer intereses de los ricos, los banqueros y las transnacionales, al tiempo que se genera paro y se extiende la pobreza de forma alarmante.

En estos tiempos estamos luchando contra el capitalismo, con propuestas, neokeinesianas, socialdemócratas, reformistas, tal es su dureza criminal. Si hablamos del reparto más justo de las rentas, de justicia fiscal mediante la urgente aplicación de tasas sobre los movimientos de capital financiero, la regulación de los mercados, la supresión de los paraísos fiscales. La total igualdad entre mujeres y hombres, el fin del patriarcado, la defensa de lo público y de los servicios públicos, además de una Europa de las ciudadanas y los ciudadanos y no de los mercaderes, estamos cuestionando ya el propio capitalismo, pues de que no se apliquen estas medidas tan simples y reformistas pende la supervivencia del sistema. El capitalismo actual necesita de la desregulación y el trabajo precario, necesita de los paraísos fiscales y la opacidad bancaria, necesita del patriarcado y el autoritarismo para perpetuarse. Necesita de la exclusión y de la depredación territorial para seguir enriqueciéndose. Necesita del extractivismo y del militarismo para imponer sus “leyes del mercado” por lo que cuestionar todo esto es ya un programa de cambio real de sistema y del sistema.

Así pues, pocos papeles, sabemos de sobra lo que hay que hacer ahora. Gran parte de la izquierda esta ausente de las vidas de las gentes normales de pueblos y barrios y la intención de las mesas de convergencia es llegar precisamente a esos lugares. Mucha gente trabajadora y pobre incluso, vota a la derecha, será acaso por que son unos vendidos o más bien será que la cultura alienante del neoliberalismo se ha hecho con sus mentes y no ha habido nadie capaz de contrarrestarlo.

Sabemos hacer buenos discursos y elaborar el relato según nos convenga, pero la vocación de la Asamblea del 19 de Febrero era convocar a meternos en el barro. No era para apoyar e estos o aquellos, era para tratar de apoyarnos entre todas y todos con algo nuevo, con una nueva forma de hacer. Con comodidad, con sentimientos, con amabilidad ¿Por qué los mosqueos? Si no cambiamos de actitud no avanzaremos.

Tenemos la posibilidad de agrupar y construir o tal vez reconstruir lo que los comunistas italianos en los años cincuenta del siglo pasado llamaron el pueblo de izquierdas, pero con las nuevas realidades y sin etiquetas.

Por eso surge la Asamblea, por eso tanta gente se adhiere al vez y en todo el estado. Por eso ni queremos preocupar ni combatir lo existente, todo un rico tejido político, sindical y asociativo especializado y muy interesante, aquí solo buscamos que las personas hagamos algo juntos y les plantemos cara de una vez a los poderosos.

Rebelión

miércoles, 23 de febrero de 2011

Una nueva verdad en el mundo árabe

Escrito Por Robert Fisk   
jueves, 27 de enero de 2011
Los papeles de Palestina son tan condenatorios como la declaración de Balfour. La autoridad palestina –hay que ponerle comillas a esa palabra– estaba dispuesta, y sigue estándolo, a ceder el derecho de retorno de quizá siete millones de refugiados al Israel actual, a cambio de un Estado que sería apenas 10 por ciento (cuando mucho) de la Palestina en tiempos del mandato británico.


Y mientras se revelan estos fatídicos documentos, el pueblo egipcio llama a derrocar al presidente Mubarak, y los libaneses eligen a un primer ministro que será proveedor de Hezbolá. Rara vez el mundo árabe ha visto algo así.Para empezar con los papeles de Palestina, está claro que los representantes de ese pueblo están dispuestos a aniquilar toda esperanza de que los refugiados vuelvan a su patria.
Será –y es– un escándalo para los palestinos enterarse de que sus representantes les han vuelto la espalda. No hay forma de que, a la luz de los papeles palestinos, esos refugiados puedan creer en sus derechos.
Han visto en película y en papel que no retornarán. Pero en todo el mundo árabe –y esto no significa el mundo musulmán– existe ahora una comprensión de la verdad que antes no se tenía.
Ya no es posible que los pueblos del mundo árabe se mientan unos a otros. Se acabaron las mentiras. Las palabras de sus líderes –que son, por desgracia, también nuestras palabras– han terminado. Nosotros las llevamos a ese final. Nosotros les contamos esas mentiras. Y ya no podemos crearlas otra vez.
En Egipto, los británicos amábamos la democracia. Alentamos la democracia en Egipto… hasta que los egipcios decidieron que querían poner fin a la monarquía. Entonces los pusimos en prisión. Luego quisimos más democracia. Era el mismo viejo cuento. Así como queríamos que los palestinos gozaran de democracia, siempre y cuando votaran por quienes debían, así también quisimos que los egipcios amaran nuestra vida democrática. Ahora, en Líbano, parece que la democracia libanesa debe sentar sus reales. Y no nos gusta. Queremos que los libaneses, por supuesto, apoyen a los que nosotros amamos, los musulmanes sunitas partidarios de Rafiq Hariri, cuyo asesinato –según creemos con razón– fue orquestado por los sirios. Y ahora tenemos, en las calles de Beirut, incendios de vehículos y violencia contra el gobierno.
Y entonces, ¿hacia dónde vamos? ¿Podría ser, acaso, que el mundo árabe vaya a escoger sus propios gobernantes? ¿Podría ser que veamos un nuevo mundo árabe que no esté bajo control de Occidente? Cuando Túnez se proclamó libre, Hillary Clinton permaneció en silencio. Fue el chiflado presidente de Irán quien dijo estar feliz de ver un país libre. ¿Por qué ocurrió así?
En Egipto, el futuro de Hosni Mubarak luce aún más perturbador. Bien puede ser que su hijo sea su sucesor designado; pero hay un solo califato en el mundo musulmán, y ése es Siria. El hijo de Hosni no es el hombre que quieren los egipcios: es un empresario de peso ligero que lo mismo puede ser o no capaz de rescatar a Egipto de su propia corrupción. El comandante de seguridad de Hosni Mubarak, un tal Suleiman que está muy enfermo, tal vez tampoco sea el hombre.
Y en todo este lapso, esperamos ver la caída de los amigos de Washington en todo Medio Oriente. En Egipto, tal vez Mubarak esté preguntándose hacia dónde huir. En Líbano, los amigos de Washington se derrumban. Es el final del mundo de los demócratas en el Medio Oriente árabe. No sabemos qué vendrá después. Tal vez sólo la historia pueda responder esta pregunta.

The IndependentTraducción: Jorge Anaya

Clarín

martes, 22 de febrero de 2011

EN LIBIA HAY QUE ACTUAR CON DECISIÓN POR LOS DELITOS COMETIDOS


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Amnistía Internacional ha pedido hoy al Consejo de Seguridad de la ONU y a la Liga Árabe el envío de una misión a Libia para investigar los sucesos que se han saldado con centenares de manifestantes muertos.

La petición de investigación, que podría desencadenar procesamientos ante la Corte Penal Internacional (CPI), se ha realizado hoy a raíz de la convocatoria de sendas sesiones especiales del Consejo de Seguridad de la ONU y de la Liga Árabe para analizar la espiral de violencia que vive el país.

Amnistía Internacional también ha pedido al Consejo de Seguridad de la ONU que imponga un embargo total de armas a Libia, tras tenerse noticia de que las fuerzas de seguridad del país siguen desplegando toda una variedad de armamento, munición y equipo militar y policial en su uso de fuerza letal contra los manifestantes.

“El coronel Gadafi y su gobierno parecen estar dispuestos a matar a la gente que haga falta para seguir en el poder. La comunidad internacional tiene que actuar ya para acabar con esta situación”, ha dicho Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.

Amnistía Internacional ha manifestado que tanto la ONU como la Liga Árabe deben enviar inmediatamente representantes a Libia, ya sea de forma conjunta o por separado, para investigar la situación sobre el terreno e informar con la mayor rapidez posible al Consejo de Seguridad.

La organización ha declarado que entre las recomendaciones que se formulen debe incluirse una evaluación sobre la magnitud de los crímenes cometidos en Libia, por si precisaran ser remitidos por el Consejo de Seguridad a la Corte Penal Internacional.

Navi Pillay, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, manifestó ayer que los actos de las autoridades libias contra los manifestantes pueden constituir crímenes contra la humanidad.

Saif al Islam al Gadafi, hijo del coronel Gadafi, declaró en una intervención televisada el domingo 20 de febrero que el ejército “hará lo que sea al precio que sea” para acabar con las protestas antigubernamentales, y que las autoridades libias “combatirán hasta el último hombre, la última mujer, la última bala”.

“Es un escándalo que el hijo de Gadafi se sienta capaz de afirmar públicamente que está dispuesto a masacrar al pueblo libio para que su padre siga aferrado al poder.

“La comunidad internacional tiene que dejar tajantemente claro que se hará rendir cuentas por crímenes previstos en el derecho internacional, como los que se están denunciando, a toda persona perteneciente al gobierno, al ejército y al aparato de seguridad libios y a quienes ejecuten sus órdenes”, ha dicho Salil Shetty.

Amnistía Internacional ha señalado que los informes que ha recibido de hospitales del este de Libia indican que, hasta el 20 de febrero, las fuerzas de seguridad habían matado a unas 200 personas. Personal hospitalario ha comunicado a Amnistía Internacional que trabajaban sin descanso para poder ocuparse del elevado número de bajas.

La cifra real de muertes podría ser muy superior, dado que esta muestra representa sólo a los hospitales de mayor tamaño. También es posible que algunas familias hayan enterrado a sus muertos sin haberlos llevado siquiera a un hospital.

“El Consejo de Seguridad debe poner fin también de forma inmediata a la exportación o transferencia de todo tipo de armamento y equipo militar a Libia. Se está matando de forma intencionada a centenares de personas.

“Otros estados deben dejar de ser cómplices en nuevas matanzas. Debe cesar ya todo suministro y cooperación militar y policial con Libia hasta que acabe el riesgo de que sigan produciéndose estas gravísimas violaciones de derechos humanos”, ha declarado Salil Shetty.

Además de a las Naciones Unidas y a la Liga Árabe, Amnistía Internacional también ha pedido que tome medidas a la Unión Africana.

“Todos los organismos internacionales de los que Libia forma parte deben reconocer la gravedad de la crisis. La Unión Africana debe abordar con carácter de urgencia los graves abusos contra los derechos humanos que están cometiéndose en el país en una sesión especial de su Consejo de Paz y Seguridad”, concluye Salil Shetty.

lunes, 21 de febrero de 2011

Egipto: en política también pueden ocurrir milagros

21/02/11
PorUlrich Beck

Qué tienen en común el levantamiento en Túnez y el levantamiento en Egipto con la caída del Muro de Berlín? No sólo sucedió y está sucediendo algo que nunca se predijo y que era imprevisible, sino que más bien sucedió y está sucediendo lo inimaginable .

La filósofa política Hannah Arendt llamó “milagro de la acción política” a la posibilidad irreductible, presente siempre y en todo lugar, de poder empezar de nuevo . Y no quiso que se entendiera ese milagro como una metáfora sino como una posibilidad real de acción de la que siempre se puede hacer uso, incluso allí donde se pisotean los derechos y la dignidad de los seres humanos.

Realmente se puede reconocer toda una serie de paralelismos entre el 1989 europeo y el 2011 árabe.
En ambos se trata, en primer lugar, de levantamientos pacíficos ; en segundo lugar, de una concatenación de acontecimientos transnacionales y, en tercer lugar, en ambos casos los regímenes habían/han llevado al país a la ruina . En cuarto lugar, en Alemania Oriental, la gente se veía privada de oportunidades (por ejemplo, de la libertad de circulación) tanto como la juventud árabe que a pesar de tener una buena formación se encuentra sin posibilidades en el mercado laboral. En quinto lugar, tanto en el mundo árabe como en Alemania, la gente quiere lo mismo que la mayoría de la gente en Occidente: una vida mejor para sí y para sus hijos, más justicia social, puestos de trabajo y libertad de expresión, resumiendo: una vida digna.

En sexto lugar, tanto en el bloque oriental europeo como en los países árabes -en Polonia especialmente la Iglesia Católica, pero también en Alemania Oriental la Iglesia Evangélica y en Egipto la Hermandad Musulmana-, la religión genera importantes refugios sociales en los que la resistencia se podía encontrar y organizarse.

En séptimo lugar, sin embargo, existe una diferencia esencial en lo siguiente: la caída del muro de Berlín se celebró y festejó en todo el mundo, aunque también en ese caso existieron recelos y temores . Al igual que el presidente francés, François Mitterrand, la premier británica Margaret Thatcher veía amenazada la estabilidad de Europa por el poder de una Alemania unificada en su centro. (La introducción del euro constituyó, después de todo, el intento de encontrar la respuesta a ese desplazamiento de poder y de integrar a nivel europeo el nacionalismo ligado al marco alemán o DM-Nationalismus.) Pero en todas partes, en todas las mentes y gobiernos, la alternativa política estaba, sin lugar a dudas, presente. Porque después de todo se trataba solamente de cómo y no de si integrar los países y Estados poscomunistas al sistema del capitalismo democrático y posteriormente a la UE. Pero en el caso de Egipto está faltando justamente esa alternativa clara.

Más allá del desenlace del levantamiento en Túnez, Egipto y posiblemente en otros países árabes, ese levantamiento ya ha modificado la imagen que el mundo árabe tiene de sí mismo . Existen buenas razones para suponer que la era del poscolonialismo , en la que la “democracia” obedecía en el ámbito árabe a la ley de poner en práctica el imperialismo occidental que aún perdura, está llegando a su fin .

En este sentido se puede entender el levantamiento árabe también como una protesta paradójica en nombre de valores occidentales contra el dominio todavía vigente de Occidente.

Esto se puede ver en el rol del ejército egipcio : tuvo una participación decisiva en la apertura de Egipto al mercado mundial, pero al mismo tiempo también la tuvo en la protección del gobierno autoritario de Mubarak contra los reclamos de participación democrática.

Muchos egipcios no sólo salieron a las calles para luchar por su independencia del señor Mubarak.
También lo hicieron en favor de su independencia de los EE.UU. y de sus aliados. Un Egipto posrevolucionario podría seguir el modelo de Turquía tanto desde el punto de vista de la política interna como externa.

Una diferencia esencial entre los sucesos de 1989 en Europa y los de 2011 en el ámbito árabe se encuentra en el hecho de que Europa, paralizada y mal conducida por una islamofobia, no quiere entender que también (al menos hasta ahora) hay una serie de perdedores anónimos de la revolución árabe y esos son, en primer lugar el fundamentalismo islámico, hasta Al Qaeda; y, en segundo lugar, el coro de críticos fundamentalistas del fundamentalismo islámico.

Porque, en el fondo, no se trata justamente de una revolución teológica sino de una revolución demográfica.
No fue el islamismo radical sino la falta de trabajo de las personas con una buena formación y de los activistas conectados vía Facebook, la que hizo latir el corazón de esta protesta.
Dirijan su mirada a Egipto: ¿no es una prueba viviente de la compatibilidad entre el Islam y los valores occidentales?

Traducción: Rayén A. Braun.


Ilustración: Horacio Cardo.
Clarín.com

miércoles, 16 de febrero de 2011

Wikileaks: EE.UU. cree que Centro Islámico de Santiago "financia a terroristas"

Martes 15 de Febrero de 2011 22:48

"Reportes sugieren que estos grupos tienen la capacidad de planificar operaciones si quisieran hacerlo", señala el documento con fecha febrero de 2006, elaborado por el embajador Craig Kelly.

SANTIAGO.- Un nuevo documento filtrado sobre Wikileaks hace alusión a Chile, y esta vez muestra la opinión de Estados Unidos sobre Centro Islámico de Santiago, al cual acusa de "financiar a terroristas desconocidos".
"El Centro Islámico de Santiago ciertamente provee apoyo financiero a terroristas desconocidos. Reportes esporádicos sugieren que estos grupos tienen la capacidad de planificar operaciones si quisieran hacerlo. Periódicamente hay reportes no confirmados que indican la intención de planificar un acto terrorista en algún lugar de la región, pero nada definitivo", dijo el cable realizado con fecha febrero de 2006 por el embajador Craig Kelly.
"Se cree que los grupos de Hezbollah en el norte de Chile son las células financieras", agrega el documento publicado por Ciper Chile
El cable señala que "la embajada trabaja activamente con el GOC (gobierno nacional) para impulsar el monitoreo de organizaciones musulmanas en Chile, particularmente grupos conectados con la Zona Franca de Iquique".
"Estos grupos son conocidos por tener conexiones con organizaciones islámicas en la Triple Frontera de Argentina, Brasil y Paraguay. Hay información de inteligencia que indica que grupos de Iquique contribuyen a la recolección de fondos para organizaciones de caridad islámicas y posiblemente otras", se agrega.
"Mientras las autoridades policiales y de inteligencia gubernamentales chilenas monitorean algunos grupos, hasta ahora el Gobierno de Chile no ha sido particularmente agresivo, dado a la estructura legal chilena de las operaciones de inteligencia y a la aparente falta de convicción de que hay allí una amenaza seria", indica.

Emol.com

martes, 15 de febrero de 2011

Noam Chomsky: ¡Democracia ya!

Noam Chomsky sobre Mubarak, Egipto, América Latina, Venezuela y Hugo Chávez en una entrevista realizada por Boris Muñoz
Por Boris Muñoz | 12 de Febrero, 2011
Cuando entré ayer a las 10 y media de la mañana a la oficina de Noam Chomsky, le dije a su secretaria Bev Stohl: “Bev, Mubarak se va del gobierno”. Yo tenía 20 minutos para culminar, preguntándole sobre la situación del medio oriente, una larga entrevista sobre América Latina iniciada en octubre y de la cual esta conversación sería solo una posdata. Bev no sabía la noticia de la caída de Mubarak y aseguró que Chomsky tampoco. “Hay muchos rumores”, afirmó Chomsky, para no tomar totalmente en serio lo que oía. “Venía escuchando la radio de la BBC y repetían lo que había asegurado Mubarak anoche: se irá a su casa de veraneo, pero no dejará el poder”. Le dije que acababa de darse la noticia en el New York Times. Como buen objetivista, es de los que necesitan ver para creer. Y si lo dice el New York Times hay que darle crédito, aunque él mismo sea su mayor crítico. En cualquier caso, le planteé como escenario de la conversación la salida de Mubarak y sus efectos, en particular las posibilidades del avance democrático en el mundo árabe. Al terminar se despidió cruzando los dedos para señalar sus esperanzas por un futuro democrático.
Parte del mundo árabe está viviendo una epidemia de demanda de democracia. Ahora Mubarak ha dejado el poder. Implica su salida un cambio en el juego de poder de la región. Se habla de revolución y libertad, pero, ¿pueden la democracia y la independencia consolidarse? Como dijo un filósofo en estos días, “no podemos dar el futuro por descontado”. ¿Cuál es su esperanza personal?
Lo que ha venido pasando, incluyendo la salida de Mubarak, es espectacular y no puedo recordar nada parecido. Se le compara a estos eventos con lo que sucedió en 1989 en Europa del Este, pero no hay comparación. Por una razón. Allá hubo un Gorbachov que manejó la situación para que el sistema se mantuviera en pie. Y los poderes de Occidente lo ayudaron y apoyaron. En el caso de Europa del Este también las potencias occidentales apoyaron a los manifestantes, en el norte de África ningún poder de Occidente ha apoyado las protestas. Así que la única comparación posible es con Rumania, donde Ceaucescu, el más horrible de los dictadores, quien gozaba del cariño y protección de Estados Unidos y Gran Bretaña, que lo apoyaron casi hasta el final. Lo que ha sucedido en Túnez, Jordania, Yemen y Egipto, muestra un nivel de valentía y determinación al que es difícil encontrarle situaciones análogas. En Túnez el sistema estaba relativamente bajo control de Francia, con espías franceses infiltrados por doquier. Egipto, en cambio, ha estado bajo control de Estados Unidos. De modo que su situación afecta directamente los intereses de Washington. Esto no es nada nuevo, por supuesto. En los cincuenta, el presidente Eisenhower sostuvo reuniones secretas con su equipo para discutir lo que el llamó “la campaña de odio contra Estados Unidos”. El Consejo Nacional de Seguridad envió un memorándum secreto revisando la situación y en el que decía algo así: hay la percepción en el mundo árabe de que Estados Unidos apoya dictadores rudos y brutales y bloquea la democracia y el desarrollo. Eso lo hacemos porque queremos mantener el control de los recursos energéticos. El memo decía que la percepción era más o menos adecuada porque eso precisamente es lo que nosotros –es decir el gobierno de Estados Unidos– deberíamos estar haciendo. El principio de esta lógica es que en tanto la población permanezca pasiva, intimidada y distraída, podemos hacer los que nos dé la gana. Y esa lógica prevalece justo hasta este momento. Así que por ejemplo, pensemos en la filtraciones de Wikileaks en las cuales el gobierno árabe aparece apoyando a Estados Unidos en relación con Irán. Bueno, investigando la prensa no pude encontrar –y creo que nadie más podrá hacerlo– una sola información de lo que piensa la opinión pública árabe. Hay encuestas de opinión, hechas por prestigiosas compañías estadounidenses, como la que publicó hace muy poco The Brookings Institution en la que se muestra otra vez que el sentimiento de odio hacia Estados Unidos es extraordinario. Cerca de 10 por ciento de la población ve a Irán como una amenaza, pero entre 80 y 90 por ciento piensa que las mayores amenazas son Israel y Estados Unidos. Incluso, la mayoría de la población piensa que estarían mejor si Irán tuviera armas atómicas, pero eso no se reporta. Y la razón es un pronunciado y profundo desprecio de Estados Unidos e Israel por la democracia en el mundo árabe. En tanto la población esté bajo control y tengamos a un dictador de nuestro lado, hacemos lo que queremos. Eso es realmente sorprendente. Por eso, la situación actual de Egipto y el mundo árabe, representa un problema. Lo que tradicionalmente ha sucedido en el punto en el que estaban las cosas antes de la salida de Mubarak es una estrategia rutinaria que ha pasado una y otra vez: Marcos en Filipinas, Duvalier en Haiti, Suharto en Indonesia. Es decir, llega un momento en el que ya no puedes apoyar a tu dictador favorito y entonces tienes que hacerlo a un lado, llamar a una transición “ordenada”, expresar tu amor por la democracia y tratar de restaurar el viejo status quo lo más rápido posible. Eso es lo que ha venido pasando en Egipto, aunque no sabemos si está funcionando o no.
Pero hay un evidente conflicto entre las masas de manifestantes que se quedaron en la calle pidiendo democracia ya y esa estrategia de restauración del control. Son aspiraciones contrapuestas. ¿Cuál es son las posibilidades de una democracia real?
Los poderes que vigilan ese proceso no quieren democracia real. Estados Unidos y Europa están aterrados con la democracia, porque la democracia puede llevar a la independencia. Se habla de islamismo radical, pero eso no tiene ningún sentido. Estados Unidos y Gran Bretaña, por ejemplo, han apoyado tradicionalmente al extremismo islámico en detrimento del nacionalismo secular. Arabia Saudita el estado islámico más extremo y fundamentalista, es su más cercano aliado, además también de ser el centro ideológico del terrorismo islámico. Sin embargo, es nuestro más estrecho aliado porque Obama les está vendiendo armas por 60 mil millones de dólares. En Pakistán, que es la otra gran fuente de terrorismo islámico, Estados Unidos se ha comprometido por años con la islamización del país. La presidencia Ronald Reagan, a quien todos celebran ahora, coincidió con la dictadura de Mohamed Zia-ul-Haq –la peor en una serie de atroces regímenes- que estaba desarrollando armas nucleares. El gobierno se hizo el desentendido para seguir dándole apoyo a la islamización radical que establecía las madrazas, con fondos saudíes, donde no enseñaba nada pero se hacía que los estudiantes aprendieran de memoria el Corán y la yihad. Eso ha permitido que hace poco jóvenes abogados aplaudan y celebren a los asesinos de Salman Taseer, gobernador de la provincia de Punjab. Esos son los mismos abogados –islamistas radicales– que se formaron en las madrazas de Reagan-Zia-ul-Haq. Las relaciones entre Israel y Estados Unidos, que se consolidaron en 1967, obedecen a un patrón semejante. ¿Qué pasaba ese año? Un conflicto esencial entre el islamismo radical, representado por Arabia Saudita, y el nacionalismo secular, bajo Gammal Abdel Nasser. Estados Unidos apoyó otra vez al islamismo radical destruyendo el nacionalismo radical. Eso contribuyo a establecer las relaciones actuales de Israel en la región. Así que el islamismo radical no es el problema. El problema de fondo se llama independencia. Por ejemplo, en América Latina, Estados Unidos libró una amarga guerra contra la iglesia católica. Otra vez el problema de fondo era el control. Por eso, yendo otra vez al mundo árabe, Estados Unidos y Europa están preocupados con la democracia. La única elección realmente libre fue la de Palestina, transparente y supervisada por todos los ángulos. Como el resultado no favorecía los intereses tradicionales, Estados Unidos, con apoyo europeo, inmediatamente se volvió a castigar a los palestinos. Amamos la democracia, pero solo cuando está del lado que queremos. Es demasiado obvio. En Egipto y el resto del noráfrica, eso puede pasar, así que están tratando de bloquearla mediante maniobras para restablecer el statu quo. A eso llaman una transición ordenada. Y no es solo una cuestión de votos, sino de toda una estructura socio-económica. Egipto ha atravesado un periodo neo-liberal con las consecuencias acostumbradas: empobrecimiento de la población con el crecimiento de sectores privilegiados de extrema abundancia, incluyendo la clase política, los altos grados del ejército y los sectores financieros y corporativos. Eso lo ves también en América Latina, porque ese es el modelo neoliberal. Aunque la población no esté sufriendo la pobreza de África Central o el interior de la India, su situación es muy mala. Pero los garantes del statu quo deben asegurarse de que ese orden se mantenga. La táctica de estos días había sido hacer que la población se cansara y desistiera. La mayoría de los manifestantes son gente pobre que vive del día a día y necesita llevar comida a sus mesas. Pues se buscaba cansarlos, pues en algún momento el hambre y la necesidad los llevaría de vuelta adonde estaban, a su horrible normalidad. Sin embargo, ahora no está nada claro esta vez que esos poderes puedan mantener el control de la población. La estrategia que puede funcionar ahora es que el ejército egipcio trate de restablecer el orden con un apoyo mayoritario de la gente.
Entonces, ¿cuál es su esperanza personal?
-Que los manifestantes logren sus objetivos. Esto es que, después de unas elecciones fraudulentas con un congreso fraudulento –lo que en buena medida fue lo que encendió la protesta-, puedan llamar a elecciones libres y limpias, y que esas elecciones puedan reconducir a la sociedad egipcia en un camino de bienestar. Pero es un largo camino, como sabes.
En cuanto a Israel-Palestina, ¿cómo cambia el juego?
Estados Unidos tienen ya un plan en curso: apoyar lo que está dado. Hay un proceso de paz. Y eso significa que Estados Unidos está a cargo. Sabemos que Washington está desesperado por la paz, por supuesto y por eso está tratando de sentar juntos a dos partidos recalcitrantes: Benjamin Netanyahu y la derecha israelí, por un lado, y Mahmoud Abbas del lado palestino. Esa es supuestamente la situación. Pero esto no tiene nada que ver con la realidad. La verdad es sencilla: hay un conflicto. Por un lado, están Israel y Estados Unidos y del otro lado Palestina y el resto del mundo. Si hubiese una verdadera negociación, estaría a cargo de alguien de no sé de donde que pudiera reclamar cierta neutralidad. Así, de un lado estarían Estados Unidos-Israel y del otro el mundo entero, con esas dos o tres excepciones. Teóricamente, eso es lo que reflejan las resoluciones del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas desde 1976, cuando Estados Unidos vetó por primera vez la resolución sobre los dos estados, hasta esta fecha. Incluso la ONU ha declarado ilegales los asentamientos, lo que es tan incontrovertiblemente cierto que hasta Israel lo ha aceptado hace décadas. Y, en resumen, no es que la ONU sea un organismo meramente simbólico, sino que Estados Unidos ha provisto el apoyo económico, militar, diplomático e ideológico de las políticas que ejerce Israel en la región. Mientras eso sea así, no hay proceso de paz, sino un proceso de capitulación. Ahora, trata de encontrar reportes sobre esto. No los encontrarás sino muy en los márgenes. El problema para Israel es que el nuevo gobierno de Egipto decida no jugar el histórico papel pasivo y opte por no colaborar con la charada que tiene montada Estados Unidos. Lo mismo con Jordania. Si tienes una democracia, quizá la gente decida no ser cómplice de las políticas que ha seguido su país. De hecho, es sorprendente aunque comprensible que el apoyo público más fuerte que obtuvo Mubarak fuese de Israel y Arabia Saudita, los aliados tradicionales que quieren mantener el orden de las cosas. El único líder mundial que, durante las últimas semanas, ha apoyado abiertamente la democracia en la región es Recep Tayipp Erdogan, primer ministro de Turquía, quien ha jugado un papel decente en todo esto.
Será hacia fuera, porque Turquía no es un buen ejemplo de democracia interna.
Bueno, hay una democracia que está mejorando. Internamente, la sociedad es bastante abierta y libre. He ido varias veces a apoyar la resistencia de los intelectuales. En cada visita que he hecho he criticado al gobierno, incluso he participado en protestas de desobediencia cívica. No ha habido represión, la prensa actúa con libertad. Pero es una sociedad complicada que todavía tiene muchas cosas podridas y tiene que hacer justicia con el genocidio armenio y la terrible represión al pueblo kurdo que conforma una gran parte de la población. Pero, en general, es un país que ha cambiado mucho desde la primera vez que lo visité hace 10 años.
Los vientos de apertura en Turquía nos permiten volver América Latina, donde también ha habido progresos. Sin embargo, en una conversación anterior, usted me dijo que a su juicio uno de los grandes problemas de la región es el caudillismo. La sombra del caudillo bloquea la democracia. Como lo demuestran las protestas, en Túnez, Egipto, Yemen y Jordania los hombres fuertes también asfixiaban el ansia democrática. ¿Qué mensaje envía esta explosión de demanda por democracia en los países árabes del norte de África a los procesos actuales latinoamericanos?
El caudillo es más que una sombra. Es una realidad. Pero me parece que el caso de América Latina se asemeja un poco a lo que sucede en Turquía: paso a paso el impacto del hombre fuerte puede reducirse notablemente. De hecho, el avance democrático en los últimos 15 años es uno de los más dramáticos en el mundo. Por primera vez 500 años, como ya dije, América Latina ha empezado a integrarse, con particular claridad en Suramérica, y los países comienzan a atender sus severos problemas internos. Ya se sabe que la sociedad no debe estar polarizada entre sectores de extrema riqueza y extrema pobreza. Eso es un gigantesco paso hacia delante. Los líderes que quieren acaudillar sus países deben entender que la capacidad de Estados Unidos de apoyarlos ha declinado. Aunque ha habido un par de golpes de estado en la región durante la última década, nada como en el pasado. Así que tendrán que vérselas con su propios pueblos. Hay una tendencia histórica hacia la democracia. Esa tendencia no es uniforme y sufre regresiones, pero, casi por regla, demanda el fin de una u otra forma de dictadura. Sean dictaduras reales como en Egipto o caudillismos autoritarios como en América Latina. Creo que es una tendencia positiva que debe sostenerse.
Qué tal si esos caudillos son de la izquierda.
Eso no es nada raro. Ha habido incluso regímenes militares de izquierda como el Perú de Velasco Alvarado o el Panamá de Torrijos. Las sociedades latinoamericanas han sido muy maltratadas y es entendible que el esfuerzo de cambiar venga de muchas partes al mismo tiempo. Algunas veces son los militares, otras la izquierda, otras la derecha. Otras veces no es de ninguna de estos sectores tradicionalmente entendidos, como es el caso de Evo Morales, un campesino indígena, lo que representa un enorme cambio para la mayoría indígena boliviana que por primera vez están plenamente a cargo de controlar sus propias vidas. De modo que hay muchas cosas pasando
Finalmente, para terminar con Venezuela, ¿qué opinión tiene del hecho que la saliente Asamble Nacional haya otorgado poderes especiales al presidente Chávez hasta casi el fin de su segundo periodo?
No creo que haya sido una buena idea, pero el asunto crucial es qué va a pasar en la próxima elección. Hasta ahora las elecciones se han manejado dentro de estándares razonables: con una oposición, una prensa relativamente libre y sin emplear la represión violenta de modo sistemático.
¿Qué me dice del fuerte control de las instituciones del Estado?
Es cierto que hay un tremendo control, pero no es nada comparado con el control que  aquí mantienen el gobierno y las corporaciones sobre las instituciones sociales.
Al menos las corporaciones tienen distintos intereses, mientras el poder en Venezuela está básicamente concentrado en un hombre y su grupo.
En Estados Unidos, hay poca diferencia en realidad entre los intereses de la clase económica. La opinión popular es totalmente despreciada. Y la política de la clase económica en alianza con el gobierno, ha sido específicamente diseñada, por más de 30 años, para enriquecer a un mínimo sector de la población, menor del 1 por ciento, mientras el resto está más o menos estancado. También hay una severa represión como se ve en el caso de Bradley Manning, quien ha sido puesto preso en confinamiento solitario y torturado. Si la gente no protesta, el gobierno puede hacer lo que quiera, incluso detener a alguien por seis meses sin razón. Esa es una muy mala noticia, particularmente porque aunque hay pequeñas protestas civiles, no se protesta en los medios. Todo eso esta mal. Eso se puede decir de muchos países.
De acuerdo, pero con poderes especiales, Chávez puede profundizar aun más el control sobre el Estado.
Se puede decir eso. Por otra parte, la oposición tiene todas las oportunidades de desarrollarse. Tiene medios a su favor, hay posibilidades de organizarse y no hay represión sistemática. De acuerdo con Latinobarómetro, los venezolanos apoyan fuertemente el sistema democrático, muy por encima de otros países en la región. Todo eso debe significar algo.
Fuente: Prodavinci
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