Publicado en 3 de febrero de 2012
Por Amy Goodman
A pesar de que Mitt Romney aún no ganó por una mayoría de votos en
ninguna de las elecciones primarias republicanas realizadas hasta el
momento, logró una gran victoria en Florida. Luego de que el candidato y
los Comités de Acción Política (PAC, por sus
siglas en inglés) que lo apoyan inundaran las emisoras de radio con
anuncios que costaron millones de dólares en un estado donde
prácticamente la mitad de los propietarios están atormentados por las
deudas hipotecarias, Romney anunció explícitamente a quién quiere
representar. Dijo en entrevista con la periodista de CNN
Soledad O’Brien: “Escucharemos al Partido Demócrata hablar de los
problemas que afligen a los pobres y es cierto que no es lindo ser
pobre, y tenemos una red de contención para ayudar a los más pobres. Mi
campaña está dirigida a los estadounidenses de clase media. Uno elige en
qué centrará su campaña. Puede centrar la atención en los ricos, ese no
es mi enfoque; puede centrar la atención en los más pobres, tampoco es
mi enfoque. Me interesa dirigirme a los estadounidenses de clase media”.
Romney nos asegura que “Mi interés no es dirigirme a los ciudadanos
extremandamente ricos, a ellos ya les va muy bien”.
Él ha de saberlo
perfectamente, ya que posee una fortuna personal de 250 millones de
dólares.
Su propia campaña está muy bien financiada, pero su éxito hasta el
momento, en particular frente a su principal rival Newt Gingrich, es el
resultado de grandes inyecciones de dinero a los denominados súper PAC,
la nueva clase de comités de acción política que pueden recibir una
cantidad ilimitada de fondos de particulares y empresas. Los súper PAC
tienen prohibido por ley coordinar sus actividades con la campaña de un
candidato. Registros de la Comisión Federal Electoral publicados el 31
de enero revelan que el principal PAC que
apoya a Romney, Restore Our Future (Restaurar nuestro futuro), recaudó
alrededor de 18 millones de dólares en el segundo semestre de 2011 a
través de aportes de tan solo 199 donantes. Entre ellos se encuentran
Alice Walton, que si bien figura en el informe como “estanciera”, es más
conocida por ser la heredera de la fortuna de Wal-Mart, y el famoso
inversionista de capitales de riesgo y multimillonario Samuel Zell, el
hombre a quien se le atribuye haber llevado a la quiebra a la empresa de
medios Tribune. William Koch, el tercero de los famosos hermanos Koch,
también donó dinero al súper-PAC de Romney.
Comparemos esos 199 donantes con el número de personas que viven en
la pobreza en Estados Unidos. Según las cifras más recientes del
Departamento de Censo de Estados Unidos, 46,2 millones de personas
vivían en la pobreza en 2010, un 15,1 por ciento de la población de
Estados Unidos, el mayor porcentaje en los 52 años desde que estas
cifras comenzaron a publicarse. 2010 resultó ser el cuarto año
consecutivo en que se registró un aumento anual de la cantidad de
personas que viven en la pobreza en este país.
En el discurso que pronunció tras su victoria en New Hampshire,
Romney afirmó: “El país ya tiene un líder que nos divide mediante la
política resentida de la envidia. Tenemos que ofrecer una visión
alternativa. Estoy preparado para conducir a este país por un camino
diferente, donde seamos impulsados por nuestro deseo de triunfar, en
lugar de que nos hunda el resentimiento al éxito.”.
A la mañana siguiente, el periodista de NBC
Matt Lauer increpó a Romney: “¿Ud. quiere decir que cualquiera que
cuestione las políticas y las prácticas de Wall Street y de las
instituciones financieras, cualquiera que tenga dudas acerca de la
distribución de la riqueza y del poder en este país es envidioso? ¿Se
trata de envidia o se trata de justicia?” Romney reafirmó su postura y
fue aún más lejos: “Creo que se trata de envidia. Creo que se trata de
lucha de clases. El hecho de que el presidente aliente la idea de
dividir a Estados Unidos sobre la base del 99 por ciento contra el 1 por
ciento, teniendo en cuenta que las personas que han sido más exitosas
son las que están dentro del 1 por ciento, generó un nueva visión de
este país que es completamente inconsistente con el concepto de que
somos una sola nación ante Dios”.
¿Y no tener ninguna consideración por los más pobres es consistente?
Romney se confunde al criticar al Presidente Obama y al movimiento
Occupy Wall Street. Dejemos de lado por un momento que Occupy Wall
Street es en general muy crítico del Presidente Obama y en particular de
algunos de sus funcionarios, como el secretario del Tesoro Timothy
Geithner (quién pasó de pertenecer al Partido Republicano a ser
independiente para poder estar en el gobierno de Obama, pero cuyas
posturas políticas permanecieron intactas), y el ex asesor económico
Larry Summers. Romney evidentemente no tiene idea de qué se trata el
movimiento Occupy Wall Street si cree que las decenas de miles de
personas que protestan y que a menudo deben enfrentar violencia policial
y corren el riesgo de ser arrestados, están allí por envidia. Como
planteó Matt Lauer en su pregunta: se trata de justicia.
En el mismo discurso pronunciado en New Hampshire, Romney afirmó: “El
Presidente Obama quiere transformar a Estados Unidos; nosotros queremos
restaurar a Estados Unidos para volver a los principios fundacionales
que hicieron grande a este país. Él quiere convertir a Estados Unidos en
un Estado de bienestar social al estilo europeo; nosotros queremos
asegurarnos de que continuaremos siendo un país libre y próspero, la
tierra de las oportunidades”. Palabras un tanto extrañas para un hombre
que depositó 3 millones de dólares en una cuenta bancaria en Suiza. El
repentino cierre de su cuenta en el banco suizo UBS
salta a la vista como su propia forma de bienestar europeo. A esto se
suma que, gracias a sus inversiones en paraísos fiscales como Bermudas e
Islas Caimán, la tasa impositiva de Romney en 2010 fue de un 13,9 por
ciento, una cifra muy por debajo del 35 por ciento que pagan las
familias promedio de clase media a las que afirma representar.
Mientras continúa su campaña a través de la nación del 1 por ciento
ante Dios, Romney pasa de Florida, el estado con la mayor tasa de
ejecuciones hipotecarias del país, a Nevada, el estado con la mayor tasa
de desempleo. Es de esperar que le importen cada vez más no tanto los
pobres, sino los votos que probablemente ellos emitan en su contra.
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2012 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero
internacional que se emite diariamente en más de 550 emisoras de radio y
televisión en inglés y en más de 350 en español. Es co-autora del
libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos
extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique
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