El rabino israelí Jeremy Milgrom viajó recientemente a varias ciudades españolas y europeas para llamar la atención internacional sobre los crímenes cometidos contra los palestinos y de los beduinos por parte de Israel. Milgrom es uno de los cofundadores de la organización Rabinos por los Derechos Humanos, así como de Clérigos por los Derechos Humanos, compuesta por católicos, musulmanes y judíos.
Lleva quince años trabajando con los beduinos Jahalinnos,  enfrentándose públicamente a las expropiaciones de sus tierras, a las  agresiones y desplazamientos forzosos a los que el Estado israelí lleva  sometiéndoles décadas. “El sionismo fue una respuesta errónea”, “Ahora  sabemos que nuestra independencia fue su catástrofe, la Nakba”  son algunas de las reflexiones que el rabino Jeremy Milgrom hace en  esta entrevista, pero que también lleva años diciendo públicamente  dentro y fuera de Israel, lo que le ha costado no sólo feroces críticas,  sino también amenazas y recriminaciones, como las que recibió por parte  de algunos trabajadores del aeropuerto de Tel Aviv cuando se disponía a  realizar este último viaje por Europa.
La  historia de Jeremy Milgrom en Israel empieza en 1968, cuando con 15  años emigra junto a su familia desde Estados Unidos para dejar atrás un  país en el que había discriminación racial, la guerra de Vietnam, o la  pobreza entre una importante parte de la población, para llegar a la  Tierra Prometida, con la ilusión de que allí encontraría su hogar de paz  y basado en los valores del judaísmo. Tres años en el servicio militar,  dieciséis como reservista -los últimos ocho como objetor de  conciencia-, dos hijos, varios muros y una vida al servicio de los  Derechos Humanos después, Milgrom recorre Europa para pedir a la  comunidad internacional que exija que Israel “detenga la construcción de  asentamientos”, “devuelva las tierras a los palestinos” o que recuerde  “que los otros (los beduinos, los palestinos) son seres humanos”.  Milgrom es firmante del Documento Kairós Palestina,  elaborado por la comunidad cristiana palestina, y que pide los  creyentes de todo el mundo, especialmente a los de esta fe, “que actúen  contra esta política (la israelí) que destruye a la persona humana”. A  través de esta entrevista conocemos su opinión sobre temas transversales  para Israel hasta llegar a la que para él es la única solución viable  del conflicto: un sólo Estado para palestinos, israelíes y beduinos  basado en la igualdad y en la justicia.
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