En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle. Gandhi.


martes, 31 de mayo de 2011

FIJENSE EN EL PERSONAJEDE ESTA FOTOGRAFÍA


FÍJENSE EN EL PERSONAJE DE ESTA FOTOGRAFÍA

Fíjense en el personaje de esta fotografía. Conviene que se queden ustedes con esa mirada lacia, tan poco expresiva, con esa postura de perfil, como si pretendiera esquivar la realidad, como si no quisiera mirar de frente a quien  le  habla.  Observen  el  contraste  entre  la  mirada imprecisa, casi marchita, y esa garra, en forma de mano, que  avanza  tan  decidida  hacia  nosotros.  Miren  bien, porque si uno no fija atentamente la mirada corre el riesgo de creer que está ante un ser humano normal y corriente, de  esos  que  son  capaces  de  proporcionar  alegría  o felicidad a otros seres humanos.

Pero no se equivoquen ustedes. Las cosas no siempre son lo que parecen. En realidad, este individuo es, simplemente, un símbolo del sistema en el que vivimos. Este personaje es el mismo que negó toda credibilidad a un informe de Hacienda que   indicaba que la constructora  Ferrovial  pagó  5,9  millones  de  euros  para  hacerse  con  obras  de  las  administraciones gobernadas  por  Convergencia  Democrática  de  Catalunya,  el  partido  del  que  era  Secretario  General (despachó el asunto diciendo “No le doy ningún otro valor que ser un informe más”). Todavía pueden leerse en internet titulares de prensa en los que se escribe “El caso Palau empezó con Felipe Puig” ( http://politica.e- noticies.es/el-caso-palau-empezo-con-felip-puig-41999.html ). Recuerden este nombre: Felipe Puig.

Felipe Puig es un político de larga trayectoria, un todoterreno, un hombre orquesta. Ha sido consejero de Política Territorial y Obras Públicas de la Generalitat de Cataluña, portavoz del Gobierno catalán, consejero delegado y presidente del Consejo de Administración de la empresa ADIGSA,  consejero de Medio Ambiente de la Generalitat, Director general de Servicios Comunitarios del Departamento de Bienestar Social de la Generalitat de Cataluña. Y ahora es el consejero de Interior de esa misma Generalitat de Cataluña. Como ven ustedes, decir Felipe Puig es decir polivalencia; más que eso, es, simplemente, omnisciencia, sabiduría absoluta. No cabe duda de que nos encontramos ante un ser extraordinario.

Qué ironía: Felipe Puig fue responsable de Bienestar. Precisamente este hombre, que ha dicho: Los Mossos d’Esquadra actúan bajo los principios de oportunidad, de proporcionalidad, de congruencia y además con raciocinio, con prudencia y con cautela. Y lo ha dicho justo instantes después de que internet se inunde con las imágenes de la brutalidad policial de los agentes que él manda. ¿Cómo es posible que el cerebro de un ser humano entienda que el raciocinio se aplica con porras, que la prudencia exige sangre de descontentos y que la oportunidad es descargar la rabia y la violencia sobre quien, simplemente, considera la realidad como manifiestamente mejorable? Este hombre habla no el español, ni el inglés, ni el catalán. Pronuncia con toda claridad el lenguaje orwelliano: la guerra es la paz. Felipe Puig, responsable del Malestar.

Escribo estas líneas el mismo día en que la principal organización defensora de los Derechos Humanos, Amnistía Internacional, cumple 50 años.  Y recuerdo lo que dice el primer artículo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

¿Cómo vamos a creer en un sistema que encarga la salvaguarda de nuestros derechos a quien entiende que el comportamiento fraternal entre seres humanos exige pelotas de goma y porrazos en las cabezas de
manifestantes sentados?

Repito mi ruego: no olviden ustedes al personaje de esta fotografía. Se llama Felipe Puig y es el consejero de Interior de la Generalitat de Cataluña. Ya saben ustedes lo que le debemos. Procuren no olvidarlo. Y si alguna vez tienen la mala fortuna de cruzarse con él en la calle, cámbiense de acera, indiquen a sus hijos e hijas que eviten su presencia, que tapen sus oídos cuando él hable, adviertan al vecindario del peligro que corren si él visita nuestro barrio.

Y, por favor, muévanse ustedes, no se queden con los brazos cruzados: civilizadamente, eso sí, pero con toda la insistencia. Tenemos que hacer todo lo posible para sustituir a políticos como este por otros que honren al interés público y sean lo que realmente deberían ser: servidores de los ciudadanos y ciudadanas.

Luis Torrego (Profesor de la Universidad de Valladolid)

domingo, 29 de mayo de 2011

ENTREVISTA: STÉPHANE HESSEL "La indignación debe ir seguida de compromiso"

JESÚS RUIZ MANTILLA 29/05/2011

Con 93 años, este diplomático francés, escritor y activista del progreso, ha inspirado a los jóvenes europeos, y con mucha fuerza a los españoles, bajo el lema de su libro: '¡Indignaos!'.

Sobre la mesa de su salón parisiense, Stéphane Hessel guarda un ejemplar de EL PAÍS en el que aparece una foto con jóvenes españoles indignados. Pertenece a los primeros días de la convocatoria de una ola de manifestaciones bajo el título de su libro, que va camino de vender 400.000 ejemplares en España y que ha alcanzado los dos millones en Francia.

Este chaval de 93 años apareció en el momento justo, con la palabra justa. Su único mérito ha sido recapitular. Colocar en alza valores que hoy están amenazados y que han costado años y décadas de lucha y sacrificio. Libertad, igualdad, justicia, legalidad, compromiso, derechos humanos. Palabras labradas a base de sangre y fuego, en su caso no con demagogia barata. Porque Hessel tiene sus razones para indignarse cuando vislumbra la amenaza de verlas desaparecer. No es un charlatán, ni un panfletario, aunque reivindique el género en el que Marx y Engels redactaron el Manifiesto comunista -él no comulga con ello- o Zola lanzara su Yo acuso sobre el caso Dreyfus.

Nacido en Berlín en 1917, se convirtió en francés después de que sus padres huyeran de la amenaza nazi y se instalaran en París. Se enroló en la Resistencia, fue condenado a muerte y torturado por la Gestapo, pasó temporadas en varios campos de concentración y fue testigo de excepción en la histórica redacción de la Declaración de Derechos Humanos. Una vida y una altura moral más que suficientes para sacudir conciencias a nivel global. Un héroe civil, un agitador pacífico y con las ideas claras.

Miles de personas manifestándose en España al grito de "¡Indignaos!". Estará satisfecho. Su mensaje ha calado. Ya lo he visto. Me alegro. Cuando empezamos con la idea de este pequeño libro teníamos a Francia en la cabeza. Ocurrió que en pocas semanas se produjeron varios acontecimientos. La popularidad de Sarkozy se fue hundiendo, lo mismo ocurrió en Italia con Berlusconi, e incluso en España con Zapatero, y en Portugal con Sócrates. Antes de que se produjeran las revueltas del norte de África, la idea de que los Gobiernos de varias partes del mundo rozaban comportamientos que provocaban la indignación de la gente era algo que raramente habíamos visto.

Y le dio por escribir este discurso y convertirlo en libro. No es un trabajo literario, en absoluto. Queríamos lanzar algo corto y estimulante. Puede que hasta tenga faltas de sintaxis. La editora se sentó justo donde está usted ahora, yo empecé a hablar, lo redactó, me lo dio, lo corregimos y lo lanzamos.

Como una entrevista. Una pena para mí, podía haberme tocado, ya que estamos. Exactamente, así ocurrió. Lo digo porque surgió de manera natural, como una conversación. Y una vez en la calle corrió como la pólvora.

Es que hay mucha gente esperando un discurso que aglutine ciertos sentimientos. La palabra justa, la expresión que todos tienen en la cabeza. Esa indignación. Lo he podido comprobar, efectivamente. Pero el libro está basado en dos textos: el programa de la Resistencia, no muy bueno, pero escrito en el momento y en el lugar justos; cuando los franceses se sentían acorralados por un enemigo como los nazis. El otro es la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

De la que usted fue testigo de excepción. Estuve allí cuando se redactó. Yo era demasiado joven para formar parte de ese grupo de 12 sabios, pero fui asistente. Les ayudé a organizar las reuniones, a redactar las actas. Los que estaban allí eran figuras de primer nivel en la esfera de la política y el derecho como la viuda del presidente Roosevelt, Eleanor. Se encontraban en Nueva York y en Ginebra y yo me encargaba de prepararles los papeles y asegurarme de que hacían el trabajo.

¿Vigilándoles? Como secretario. Yo era un joven diplomático, carecía de autoridad, pero me sobraba curiosidad. Tenía motivaciones muy profundas para que el trabajo saliera de la mejor manera. El hecho de haber acabado la guerra en tres campos de concentración era suficiente impulso para mí.

Estuvo usted en Buchenwald. Allí conocí a Jorge Semprún. Un gran amigo; guardo una anécdota de él importante. Cuando llegó al campo y le preguntaron a qué se dedicaba respondió: estudiante. "Si pongo eso", dijo el que tomaba el registro, "le matarán inmediatamente, voy a dejar las primeras letras y lo voy a transformar en estucador. Así, por lo menos, le asignarán trabajos manuales". Era lo único que buscaban. Pero volvamos a ¡Indignaos!

Me gustaría que contara el significado que para usted lleva ese término. Es una palabra que utiliza con un sentido positivo. Apela a aquellos que la sienten para contagiársela a quienes no la llevan dentro. Contiene su lado positivo, pero también sus partes oscuras.

Y si es así, ¿cómo cree que se puede contagiar su parte de luz? Le confieso que el título fue propuesto por la editora, Sylvie Crossman. Pero lo acepté inmediatamente.

¿Con su llamada imperativa? Sí, señor, y con su signo de exclamación. Es fuerte. Mucho más de lo que yo hubiera propuesto, porque no me considero un revolucionario, soy diplomático que cree en la no violencia. Busco poner a la gente de acuerdo, más que enfrentarla.

Eso es bastante radical para los tiempos que corren. Estamos rodeados de políticos que nos llevan a la guerra. ¿El diálogo es hoy revolucionario? Puede ser. Pero si nos atenemos a los significados, le diré que lo que más me convence de la palabra es que contiene otro término fundamental: dignidad. Por eso lo acepté. Cuando la dignidad se pone en cuestión es necesario reaccionar. La indignación viene del pisoteo de la dignidad que cada ser humano lleva consigo. Por eso siempre me remito a la Declaración de Derechos Humanos. En su artículo primero ya dice: Todos los seres humanos somos iguales en dignidad y en derechos.

Y ahora viene a apelar al compromiso. El nuevo libro se titula precisamente Comprometeos. Es el paso moral siguiente a la indignación. Nadie puede molestarse por que el prójimo se comprometa con algo. Puede molestarse si se rebela, si se remonta impulsivamente, eso es hacer el caldo a otros como Marine Le Pen [líder de la ultraderecha en Francia]. Lo que ella proclama es eso, pero yo apoyo la indignación en el sentido contrario. La que me sacude cuando los derechos básicos son atacados, perseguidos. Enfadarse y ya, para mí no tiene sentido. La ira no conduce a ninguna parte, debe ir seguida de compromiso.

Difícil. No propongo a la gente que se enfade sin más, sino que se pregunte cuáles son las razones que ponen en peligro esos valores fundamentales que hemos heredado y que ahora tiemblan. No es fácil, no.
Sobre todo, aclararnos en toda esta confusión. Un caldo de cultivo para diferentes indignaciones, para diferentes intereses. Al leer el libro quedan claros los valores, los peligros y los retos.

Son tres o cuatro. Empezando por los de la Revolución Francesa. Por algunos de ellos. Otros, insisto, la Declaración Universal de Derechos Humanos.

¿Los ve en la picota? Bastante, pero no olvidemos que en el tiempo en que fue redactada aquella declaración, el mundo todavía estaba amenazado por algunos totalitarismos. El fascismo había sido derrotado. Pero el comunismo pervivía. Luego se ha ido imponiendo otra ideología perversa basada en el mercado y nada más que en el mercado. Hoy, usted y yo, sufrimos sus consecuencias, las de un grupo privilegiado que busca sus beneficios a nuestras expensas. ¿Qué proponer como alternativa? La democracia real.

Bonita palabra. Confiar en depositar cada vez más poder en la gente común para que sus necesidades sean la prioridad a resolver por los Gobiernos, el primer deber. Los Gobiernos deben asegurar libertad, hermandad, igualdad y justicia social.

Y progreso. Otro concepto en crisis. Lo confundimos con progreso técnico, científico, pero no con bienestar. Absolutamente. Es algo muy sencillo, progresar significa tender a la mejoría. La palabra mejor es importante. ¿Cuál es la diferencia entre el bien y el mal? ¿Es mejor ganar dinero a cualquier precio o preservar la decencia y el honor? ¿Es mejor entrar en la espiral de un progreso científico a toda costa o guardarnos de descubrimientos que superen la dignidad del ser humano? Progreso no significa acelerarse, sino ser consciente de cuáles son los valores que ayudan a crear un mundo mejor y cuáles no. La democracia es exigente en sí. Demanda más a los políticos y logra tejer un sistema del que es difícil salir bien parado si actúas mal.

Volvamos a los claroscuros de la palabra indignación. Hubo un tiempo en que aquel sentimiento le llevó a un camino violento. ¿Qué sentía dentro, en sus tripas? No soy un tipo violento. Puedo entender qué lleva a la gente a la violencia. Pero a mí no me convence. Mi primera indignación tenía un nombre: los nazis. El fascismo de Franco y Mussolini, incluso Stalin, de quien ya tuvimos noticias de sus purgas en 1935. El totalitarismo. Además, teníamos el ejemplo de los republicanos españoles como contraposición a los comunistas más cerrados. Yo siempre me consideré demócrata, y cuando este sistema estaba en peligro me indignaba. Pero incluso dudé. Los estragos de la I Guerra Mundial nos hacían pensar a muchos que había que agotar todas las vías antes de entrar en otro conflicto. Negociar y dar la palabra a la gente de los diferentes países. Solo cuando vi claro que esta gente lo único que quería hacer era conquistar Europa con métodos violentos me convencí de que había que enfrentarse a ellos por las armas.

Pero esa indignación, físicamente, ¿era equiparable a la que siente ahora? No, entonces era joven y con ganas de luchar. Cuando llegó la hora, cuando vi que era necesario levantarme y enfrentarme a ellos, me invadió un deseo de lucha. Me enrolé en el ejército sin dudarlo. Y cuando se firmó el armisticio con los alemanes me volví a indignar. Sentí que era una deshonra y una deslealtad con los británicos. Me opuse; era inaceptable. ¿Qué podía hacer? ¿Luchar en Francia? ¿Unirme fuera a De Gaulle? Eso es lo que hice.
Y tuvo una relación intensa con él, han contado algunos. No. Yo era muy joven y un oficial de bajo rango. Pero tuve el privilegio al llegar a Londres de cenar con él en la intimidad. Me convocó. Quería saber qué pensaba de él un joven estudiante de la Escuela Normal Superior, muy prestigiosa entonces en Francia. Deseaba conocer lo que opinábamos de él los estudiantes de ese nivel.

Por lo menos, y gracias a la fortuna, también De Gaulle se indignó. Cosa que no ocurría entre una enorme parte de los franceses. Aquello fue tan extraño en un país que había levantado las banderas de la democracia en todo el mundo... ¿Qué ocurrió? Francia había sido tremendamente golpeada. Lo que había ocurrido entre mayo y junio de 1940 es algo muy raro en la historia. No solo fue una victoria militar. Fue una enorme derrota, humillante, en la que la gente tuvo que huir de sus casas hacia lugares insospechados. A muchos, el armisticio les supuso un respiro. La paz era tentadora para mucha gente, pero aquello no era paz.

¿Era una humillación? Además, había otros factores. La amenaza de los soviéticos aterrorizaba a la burguesía, mientras que los fascismos no tanto, creían que no atentaban tanto a su modo de vida. Además, los nazis garantizaban el freno a los comunistas más que nadie.

Luego, en su caso particular vino otra nueva indignación. ¡La Gestapo!
Ahí sufrió en sus propias carnes el peligro. ¿Cómo fue su detención? En el momento en que me arrestaron estaba seguro de que no sobreviviría. Me detuvieron bajo cargos de delitos criminales graves. Sabían que había llegado de Londres para reforzar la Resistencia.

Incluso, que usted era judío. Eso no lo sabían. Me conocían poco. Si se hubiesen enterado de que mi padre era un judío emigrado de Berlín, me habrían tratado de otra forma. Pero lo hicieron como a un espía de nivel. Y, ¿qué haces con un espía? Obviamente, sacarle información.

¿Bajo torturas? Efectivamente. En la bañera, ahogándome. Pero no consiguieron que delatara a nadie, y eso fue una satisfacción para mí. Después me condenaron a muerte. Afortunadamente, la justicia era lenta y me internaron en Buchenwald y la orden de ahorcarme llegó muy tarde. Ya entonces pude cambiar mi identidad con alguien que había fallecido sin que se dieran cuenta. Era una persona que no estaba condenada a muerte. Así me libré.

Me imagino que en aquellos días la indignación se había convertido en terror. No exactamente. Se transformó en algo que solo un joven patriota puede sentir. Ese convencimiento henchido en el que crees que has cumplido con tu deber y te has sacrificado por tu país.

¡Un héroe! [Risas] Le cuento algo Cuando me detuvieron cogí un trozo de papel y escribí un soneto de Shakespeare que sabía de memoria: "No longer morn for me when I am dead...". Como diciendo, si me fusilan mañana, que mi esposa sepa que no quiero luto, sino que sea feliz. Ridículo, esto siempre resulta ridículo.

Es una manera noble de enfrentarse a la muerte. La vida está llena de ironías.
Si le hubieran dicho entonces que cumpliría 93 años... ¡Y tanto! Mi siguiente indignación llegó en los campos de concentración. Yo sabía que la guerra era violenta. Pero lo que nunca pude sospechar es el grado de brutalidad al que podíamos llegar los seres humanos.

Pasó de sentirse un héroe a otro estado: el de víctima. No solo una víctima individual, sino parte de una colectividad. Porque yo, personalmente, tuve suerte. Me salvé entre un grupo de 36 condenados a muerte. Yo y dos personas más. Me enviaron a otro campo y me escapé. Cuando lo logré me volvieron a capturar y me internaron en Dora. Allí se debatían entre colgarme o darme 25 latigazos. Pero me libré de ambas cosas porque le dije al oficial que me interrogaba: Estoy seguro de que usted, que es valiente, como yo, habría intentado escapar. Lo hice, pero fallé, con lo que no les puedo causar daño. Todo eso se lo expliqué en alemán, que es mi idioma materno. Si no hubiese hablado su lengua, seguramente nadie me habría librado del castigo.

En su vida han existido también momentos de alegría. Como el de la Declaración de Derechos. Poner de acuerdo en una posición común a países tan distintos como Francia, EE UU, la URSS o Arabia Saudí sería un esfuerzo titánico. ¿Costó? Lo atestigüé de primera mano. Si no se hubiera conseguido en 1948, las tensiones posteriores lo habrían hecho imposible después. En ese momento histórico, los soviéticos se abstuvieron, Arabia, también, y así permitieron su aprobación. Fue el momento. Un texto ambicioso para la historia de la humanidad.

Supongo que en aquellos momentos su indignación dio paso a la esperanza. Pues sí. Ese momento fue de auténtica, de verdadera y gran esperanza en el entendimiento de las naciones tras la guerra. Estábamos convencidos de que aquel texto encarrilaría a buena parte del mundo en el camino de la libertad y la justicia. Pero aquello duró poco, porque después llegó otro sentimiento: la ansiedad que producía el peligro de una tercera guerra, que no sería como las otras, sino que traería consigo la catástrofe nuclear. El mundo había conocido dos horrores: el Holocausto e Hiroshima, y eso nos producía un enorme temor. Era un mundo complicado e inseguro. Sentíamos que si la ONU no conseguía éxitos en sus programas de desarrollo y respeto a los derechos humanos, todo se iría derrumbando.

¿Le queda algo del optimismo de entonces? Todavía creo que existen pequeños y lentos pasos adelante y que continuarán, con retrocesos y avances. La última década del siglo XX fue muy prometedora. Después de la caída del Muro estábamos convencidos de habernos adentrado en una nueva era. En 2000 se llegó a un acuerdo bajo la presidencia de Kofi Annan de los objetivos del milenio. Pero cayeron las Torres Gemelas... Y empezamos el siglo XXI muy mal.

Con la amenaza terrorista, pero también con la ruptura de las reglas internacionales por parte de Bush, Blair y Aznar. ¿Qué supuso aquello para el orden mundial? Aquello es parte de mi indignación presente. El hecho de que los ciudadanos sean conscientes de que estábamos dando grandes pasos adelante y esos líderes los frenaran en seco y nos colocaran en la dirección equivocada.

¿No fue aquello una especie de paripé de cruzados por la democracia que en realidad representaban una especie de fascismo travestido? Desde luego. Una de las reglas básicas a respetar en ese nuevo orden mundial que empezaba a configurarse a finales del siglo XX era el derecho internacional. Romperlo era adentrarse en lo peor.

Contra gobernantes de ignorancia supina, ¿qué se puede hacer? ¡Indignarse! Necesitamos otros gobernantes, y también, compromiso de la sociedad para aupar a los más decentes. No podemos caer en esa desazón de la juventud, ni en pensar que todos los políticos son iguales, porque no es cierto. La rabia y la indiferencia no nos llevan a ninguna parte.

En su vida ha existido otra indignación persistente: Palestina. De nuevo, la ruptura de las reglas internacionales, la brutalidad impuesta, la situación en Gaza y Cisjordania aúnan todo lo que más he detestado en mi vida. Parecida a la que sentí en los campos de concentración. Siento un gran aprecio por el Estado de Israel, pero cuando su Gobierno se comporta de una manera similar a los peores Gobiernos que yo he tenido que soportar en mi vida, no puedo admitirlo y me rebelo y denuncio esos abusos cometidos por ellos con el permiso de Estados Unidos, la Unión Europea y algunas empresas involucradas en la situación. Es lo mismo que siento respecto a la incapacidad para ponerse de acuerdo sobre el cambio climático. Espero que ahora Obama, tras haber acabado con Bin Laden y ganado popularidad, pueda avanzar en ciertas cosas.
Por cierto, ¿qué opina de ese episodio? Bueno, yo me alegro de que se haya acabado con él. Era un asesino capaz de cosas espantosas. Sobre todo, de haberle dado al islam una imagen siniestra en el mundo. Y no es así. La gente de los países árabes se ha encargado en pocos meses de hacernos saber que aspiran al sentido común con sus revueltas. Pero, volviendo a Bin Laden, hubiera sido deseable otro método: la detención, un juicio.

¿Dónde queda Europa con esas amenazas de políticas antiinmigración? Justo ese es el objetivo de mi libro. Concienciar a la gente para afrontar los nuevos retos con valores dignos. No son nuestras ínfimas naciones las que están en peligro, es nuestro mundo, cada vez más amenazado por corrientes como los neocons o quienes no se mentalizan en el trato al medio ambiente. La fe en el compromiso es clave. No estamos condenados al fracaso, pero para evitarlo hay que dar un paso adelante.

AUTORIDAD MORAL

Toda una vida de lucha por el progreso, de resistencia frente a los totalitarismos, de autoridad moral, y este francés nacido en Alemania en 1917 se ha ganado el éxito y el aplauso mundial con un pequeño libro panfleto, '¡Indignaos!' (Editorial Destino, con prólogo en español de José Luis Sampedro), que ha sacudido el descontento en los países desarrollados frente a un sistema económico-político lleno de goteras.
Este judío, muy crítico con la política de Israel hacia Palestina, participó en la resistencia francesa contra los nazis, estuvo preso en varios campos de concentración y participó en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

El País

El acampe de los "indignados" contagia en Francia

Las protestas de la "primavera europea" se expanden. "Nos movilizamos en solidaridad con los jóvenes españoles, para seguir su ejemplo y defender nuestra dignidad", dijo un joven francés. Esperan decenas de concentraciones. 

El movimiento ciudadano impulsado por jóvenes españoles que reclaman una verdadera democracia y una mejor distribución de la riqueza se está convirtiendo en una "primavera europea" que también llegó a Francia, donde se prevén una docena de concentraciones en diversas ciudades.

"Nos movilizamos en solidaridad con los jóvenes españoles, para seguir su ejemplo y defender nuestra dignidad", explicó a la AFP Benjamin Ball, integrante del colectivo "Les désobeissants" (Los desobedientes), que esta semana prevé concentraciones similares en al menos una docena de ciudades de Francia, desde Nantes, Rennes, París y Clermont Ferrand hasta Burdeos, Bayona y Perpiñán.

La precariedad, el desempleo, la carestía de la vida, los planes de austeridad impuestos a los ciudadanos, los recortes salariales y la falta de representatividad de los principales partidos políticos son algunos de los factores que desembocaron en las protestas pacíficas españolas a semejanza de las "primaveras árabes" de meses atrás aunque en regímenes autoritarios.

"De este movimiento esperamos dos cosas: una redefinición de las reglas democráticas y la convocatoria de una asamblea constituyente, y una distribución de la riqueza porque vivimos en la precariedad", sostuvo Benjamin, de 26 años, trabajador autónomo residente en la periferia sur de París.

Bajo el título "Democratie reelle maintenant" (Democracia real, ya), el sitio internet en francés www.reelledemocratie.com afirma que "desde la crisis financiera de 2008, nuestros gobernantes decidieron someter a los pueblos en lugar de hacer pagar a los bancos".

"Las democracias europeas han sido secuestradas por los mercados financieros", afirma el manifiesto del colectivo francés en palabras similares a las del manifiesto de Puerta del Sol.

"Nos reconocemos en las aspiraciones del pueblo español", aseguran.

Una "política participativa y ciudadana" y su rechazo "al bipartidismo y a la corrupción política" reclama en su manifiesto el movimiento parisino de apoyo al 15-M español, impulsado por jóvenes españoles que ha concitado la adhesión de diversas ONG.

"España, Portugal, Grecia e Irlanda sufren de lleno las políticas antisociales de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional aplicadas en ausencia de un debate democrático", afirmó la ONG francesa ATTAC.
"Los indignados" de España y de Francia, inspirados en el best-seller del ex diplomático y resistente francés Stéphane Hessel, nacido en octubre de 1917, que desde su publicación en 2010 vendió tres millones de ejemplares, prevén una "importante" manifestación el próximo domingo en la plaza de la Bastilla, como parte del movimiento que se extiende por Europa, aunque por ahora tímidamente.

Según Benjamin Ball el movimiento actual apunta hacia una "mayor coordinación" entre las concentraciones en Lisboa, Berlín, Londres y Roma.

Una mirada similar tienen algunos diarios franceses del martes.

El movimiento de jóvenes españoles que desde hace una semana ocupan "espontánea, pacífica y alegremente" la madrileña Puerta del Sol podría "traducirse rápidamente a otras lenguas europeas si los gobiernos de la Unión (Europea) de izquierda y derecha sólo siguen ofreciendo a sus ciudadanos la perspectiva infinita del rigor económico", afirma Liberation.

"Los españoles (....) muestran el camino de la insurrección", dice el diario comunista francés L'Humanité que al igual que Liberation dedica su portada a los "¡Indignados!" y a una "rebelión que se extiende más allá de las fronteras".

AFP.-
Río Negro (Argentina)

Heridos graves víctimas de los "perros de cuadra"

Plaza de Catalunya. Siete de la mañana del viernes. Unos 200 jóvenes, perplejos y sentados, son coprotagonistas más que involuntarios de una operación policial de «limpieza», según repitió ayer hasta la extenuación el conseller de Interior, Felip Puig (y hasta el mismo president Artur Mas), para garantizar la seguridad durante la fiesta en Canaletes si el Barça gana hoy la Champions.
zoomParticipantes en una sentada sufren una de las cargas policiales de ayer.
Participantes en una sentada sufren una de las cargas policiales de ayer. DANNY CAMINAL
zoomMiles de personas exigen la dimisión de Puig, ayer en la plaza Catalunya.
Miles de personas exigen la dimisión de Puig, ayer en la plaza Catalunya. JULIO CARBÓ

Más información

Edición Impresa

Edición Impresa

Versión en .PDF

Información publicada en lapágina 4 de la sección deTema del día de la edición impresa del día 28 de mayo de 2011VER ARCHIVO (.PDF)
Plaza de Catalunya, siete de la tarde del viernes. Doce horas después de las cargas policiales, buena parte de las carpas y la infraestructura vuelve a estar en pie y los 200 jóvenes se han transformado en miles de ciudadanos y caceroladas en muchos barrios de Barcelona que exigen, con las manos en alto y pintadas de blanco, la dimisión de Puig y expresan su deseo de mantener viva la indignación y la acampada. Aunque coincida con la Champions.
En esas doce horas, el saldo del despliegue de centenares de mossos y de decenas de agentes de la Guardia Urbana fue de más de 120 heridos, de ellos 4 de gravedad, y 37 agentes contusionados. Todo ello para una «limpieza» que en realidad fue una operación de desmantelamiento de la infraestructura de los acampados. Pero, mientras todavía se oía el eco de las sirenas de las furgonetas policiales abandonando la plaza seis horas después de irrumpir en ella, los acampados celebraban su victoria rociándose con agua en el centro de la plaza. Álex, uno de los que más días lleva movilizado, ironizaba: «Voy a escribir una carta de agradecimiento a Artur Mas». Oriol añadía: «Es una derrota política: han usado la violencia y nosotros no, y no nos han desalojado».
Los responsables políticos negaron en todo momento que se tratara de un desalojo, sino de limpiar la plaza por motivos de salubridad y de seguridad: incautarse de material, como palos o bombonas de gas, que pudieran ser peligrosas en caso de fiesta en Canaletes. Pero pocos minutos después de las ocho de la mañana los acampados, que se sentaron en el centro de la plaza y tuvieron en todo momento una actitud pacífica, comprobaron que las brigadas de limpieza municipal no limpiaban, sino que arrasaban el campamento. A la misma hora, en Lleida sucedía lo mismo en la plaza de Ricard Vinyes. Allí hubo dos detenciones.
Gran parte del efecto bumerán del despliegue policial se debió, nuevamente, a las redes sociales. Una hora después de iniciarse el despliegue policial, que acordonó literalmente toda la zona de la plaza, twitter ardía y centenares de ciudadanos se concentraron en los accesos, tratando de bloquear mediante sentadas la entrada y salida de los camiones de limpieza. Fue esta gente, pese a su actitud pacífica, la más afectada por las cargas policiales. Una de las imágenes de la mañana fue la de una mujer de mediana edad, con el rostro desencajado, alargando el brazo y ofreciendo una flor a un Mosso d'Esquadra.
ALUD DE CRÍTICAS La operación policial recibió ayer un alud de críticas. Tan transversales que procedieron de sindicatos de los Mossos, los partidos de la oposición en bloque, incluido el PPC, la Federación de Asociaciones de Vecinos, el presidente de Barnacentre y el Síndic de Greujes, que anunció que abrirá una investigación de oficio. Por no hablar de las crónicas, con profusión fotográfica, en la prensa extranjera.
Para entender la censura a la operación es suficiente con explicar que el Clínic recibió a 14 heridos. Tres fueron dados de alta; otros 10 sufrieron heridas graves y fracturas. De estos, a 6 se les aplicaron sujeciones y vendajes que les permitieron salir del hospital a media tarde. Cuatro quedaron hospitalizados y uno de ellos estaba siendo operado a las cinco de la tarde de ayer. Entre los hospitalizados, había un joven que sufrió un fuerte golpe en el tórax, lo que le causó un neumotórax con hemoptisis (escupía sangre). Otro sufrió traumatismo craneoencefálico. Dos esperaban a ser intervenidos quirúrgicamente por fractura de fémur y codo. El resto sufren fracturas óseas, informaÀngels Gallardo.
PUDO SER PEOR La situación pudo haber sido mucho peor, de no haber sido por la actitud pacífica que la gran mayoría de manifestantes adoptó. A la una de la tarde, la plaza fue un auténtico caos. Los Mossos forcejeaban en el centro para finalizar la operación de «limpieza» mientras miles de ciudadanos desbordaron el cordón policial exterior, dejando a varios agentes rodeados por una multitud.
La policía se fue, literalmente, corriendo. Y consiguió, paradójicamente, que un movimiento que corría el riesgo de languidecer, se reactivara. La «limpieza» decretada por Puig se convirtió por la tarde en miles de indignados en la plaza de Catalunya (un grupo de estudiantes cortó la Diagonal creando problemas de tráfico). En un ambiente festivo, los más indignados que nunca gritaron, con flores en la mano, «Puig, dimisión» y «¡Aquí empieza la revolución!». Los concentrados decidieron mantener la acampada durante el sábado. Otra paradoja de una operación que dará mucho que hablar.
El periódico de Cataluña 28/05/2011

Comentario al margen:
Es casi seguro que el título sea otro, pero lo hemos públicado tal como llegó.

El Movimiento 15-M Los barrios toman el relevo de Sol

El 15-M inicia su andadura como movimiento vecinal en Madrid y 80 municipios - Hoy deciden si se levanta el campamento tras dos semanas en el centro - Miles de vecinos se reparten en asambleas en 41 barrios y en 80 municipios de la Comunidad

S. E. - Madrid - 29/05/2011

Todavía no se sabe si la acampada en la Puerta del Sol aguantará más tiempo, pero el Movimiento 15-M ya está procurando que sus reivindicaciones no se pierdan cuando las lonas y los cartones hayan desaparecido del centro de Madrid. Un total de 41 barrios y 80 municipios de la región replicaron ayer las asambleas populares que desde hace dos semanas se celebran en el kilómetro cero de la capital. Y tienen la intención de seguir haciéndolo hasta que sus reclamaciones se hagan realidad. En distrito Centro, en el Barrio de Salamanca, en Ciudad Lineal y también en Villalba, Tres Cantos o Manzanares El Real.
 

sábado, 28 de mayo de 2011

Educación pretende aumentar a 35 los alumnos por aula en Secundaria

Sindicatos y directores prevén una disminución de puestos de trabajo y de unidades escolares el próximo curso

MAGALÍ FERNÁNDEZ

El número de alumnos de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) por aula podría aumentar el próximo curso de 30 a 35 como máximo. Así lo estiman tanto los sindicatos de enseñanza como los directores de la provincia. Tal como temía el colectivo docente, tras las elecciones se prevé un serio recorte de medios en los centros, y, una de las fórmulas más recurrentes para disminuir el número de profesores y unidades escolares es la ampliación del ratio por clase. De esta forma, se permitirán hasta 35 alumnos por aula cuando hasta el vigente curso se permitían 30. El incremento en 5 estudiantes se consideraba hasta ahora una medida extraordinaria y sólo se utilizaba en algunos casos específicos.


Este dato se confirmará en las próximas semanas, en la que se fijará tanto el calendario escolar como la configuración de los diferentes grupos de institutos de toda la provincia. "Incrementar el número de alumnos por clase se traduce en una reducción de unidades en los centros y, por ende, de la cantidad de profesores necesarios", explicó el portavoz de la Federación de Enseñanza de CC OO en l´Alacantí, Francisco García.


Una medida que contradice los anuncios del Consell de incrementar la calidad de la enseñanza en la Comunidad y, que según García dificulta la tarea de los profesores. En este sentido, la portavoz de la Asociación de Directores de Secundaria, Laura Oliva, confirmó que la ratio de alumnos por clase aumentaría en principio hasta 33 estudiantes por aula.

Otras medidas
Por su parte, el representante sindical también aseguró que la Generalitat prevé efectuar otras acciones para reducir la inversión en materia educativa. "También se ha comunicado a los centros la posibilidad de aumentar las horas lectivas o la eliminación de los desdobles en algunos ciclos como la Formación Profesional", subrayó García. En concreto, la FP registró este curso ratios de hasta 40 alumnos por aula, cuando la ley establece 35 estudiantes. Unos niveles excesivos y semejantes a cuando este tipo de enseñanza se puso en marcha en 1975.


La Conselleria de Educación, que aún dirige Alejandro Font de Mora, deberá fijar la configuración de los centros antes de acabar la legislatura. Así también, deberá cerrar el proceso de adjudicación de plazas de profesorado, una oferta muy pobre, tan sólo de 110 plazas para toda la Comunidad. Se estima que estos procedimiento deben culminar a finales del próximo mes, ya que tal como anunció el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, Educación unirá sus competencias a la cartera de Empleo y Formación, una gran transformación que según el jefe del Consell permitirá aumentar el presupuesto dedicado a la enseñanza. Una promesa que los sindicatos no acaban de creer, dado los recortes anunciados por Educación y que ya comienzan a aplicarse en algunos centros de la provincia.

Los institutos inician hoy el proceso de matriculación
Los alumnos de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional podrán matricularse en sus centros correspondientes a partir de hoy y hasta el próximo 3 de junio. La principal novedad de este proceso en la ciudad de Alicante es el nuevo mapa escolar que modifica la delimitación de las zonas escolares.


Una nueva distribución a la que se opusieron padres, sindicatos y profesores, ya que consideraban que con ella se ofrecían mayores facilidades a la matriculación en los centros concertados al dividir la ciudad en dos zonas de influencia para este tipo de institutos.
Si bien el proceso de matriculación de Secundaria no presenta, en principio, las dificultades de la falta de oferta de plazas que año a año acusan los centros de Infantil y Primaria, el próximo curso, los recortes en las unidades tanto en la ESO como en las enseñanzas no obligatorias de FP y Bachillerato representarán los mayores problemas para docentes y alumnos de la provincia. Un dato que se dará a conocer, previsiblemente, una vez concluido el plazo de entrega de documentación por parte de los estudiantes.


Por otro lado, aún se desconoce la adjudicación que tendrá cada uno de los centros de Secundaria de la ciudad, es decir, que aún no se ha dado a conocer cuáles serán los colegios adscriptos que les corresponden a los institutos. Información que deberá valorarse teniendo en cuenta la demanda que los estudiantes realicen en cada instituto. M. f.

Informaciones

Comentario al margen:
Se empieza a ver pronto los que nos espera, no han dejado pasar una semana de su triunfo (PP)
ya estan eleborando medidas para previlegiar la enseñanza privada.

viernes, 27 de mayo de 2011

"No significa no" es el lema en la "Marcha de las Putas"

 Jossette Rivera


BBC Mundo               Jueves, 26 de mayo de 2011



Un policía canadiense aseguró que las mujeres debían cuidar su vestimenta para no ser víctimas de abuso sexual. Decenas de mujeres en México tienen pensado marchar —con zapatos de tacón y sin ellos— para protestar por la violencia de género justificada con el pretexto de su apariencia.                  
Las que marcharán el 12 de junio no comparten es su totalidad el oficio de la prostitución, pero sí la idea de aprovechar el término (tradicionalmente utilizado de forma despectiva) para reivindicar sus derecho a la seguridad sexual y a vivir libres de estereotipos.
Y no son las únicas.
El movimiento tiene su origen en Canadá. Se desató luego de que en enero el policía Michael Sanguinetti, durante una conferencia sobre seguridad civil en Osgoode Hall Law School en Toronto, asegurara que "las mujeres deben evitar vestirse como 'putas' para no ser víctimas de la violencia sexual".
El 3 de abril, más de 3.000 personas —mujeres en su mayoría— marcharon por las calles de Toronto indignadas por las declaraciones.
A pesar de que Sanguinetti se ha disculpado por sus declaraciones y recibió una medida disciplinaria de la policía de Toronto, la iniciativa sigue cobrando fuerza.
Ya se han registrado manifestaciones con el mismo principio en Australia, Reino Unido y Estados Unidos. Ahora le toca el turno a América Latina.

SlutWalk a la mexicana   

A partir del clicartículo publicado en el sitio de internet mexicano Animal Político, varias mujeres decidieron abrir un grupo en Facebook con los principios de la marcha de Toronto.  
Bastaron unos pocos días para que más de 1.500 personas se unieran a la iniciativa. De ahí a la organización de una marcha el 12 de junio bastó poco.
Los recientes videos de policías en Tijuana que obligaron a una mujer a desnudarse y la grabaron o la iniciativa de prohibir minifaldas en una ciudad norteña del país para "evitar embarazos" sirvieron para dar un nuevo contexto a la movilización.
El objetivo, dicen las organizadoras, es hacer notar una cultura en la que se culpa a la víctima más que al violador o al abusador.
"Cuando una es acosada o abusada no trae ninguna vestimenta en especifico, pero sí cuando es víctima de abuso sexual se le cuestiona como venía vestida o su ocupación o en dónde estaba o sus actitudes", explica Gabriela Amancaya, directora del movimiento AtréveteDF/Hollaback y co-organizadora de la marcha.
Las cifras de la Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación en México aseguran que el 90% de las mujeres ha sido acosada en algún momento de su vida.

¿Por qué "putas"?

Con la marcha y su particular nombre SlutWalk (en español puta, zorra, guarra) también se desataron los desacuerdos sobre el uso de la palabra para denominar el movimiento.
A pesar de feminismo y la revolución sexual, la palabra "puta" aún resuena con connotaciones negativas relacionadas con la promiscuidad sexual y todavía se aplica principalmente a las mujeres más que hombres, explica la periodista de la BBC Kathryn Westcott
El movimiento de Toronto justifica el uso del término en su comunicados asegurando que quieren "reapropiarse de la palabra".
"Hacernos cargo de nuestra vida sexual no significa que nos estamos abriendo a una expectativa de violencia, independientemente de si tenemos sexo por placer o trabajo", dicen en su sitio de internet.
Mientras tanto, en México y con su traducción a "La Marcha de las putas" el enfásis no está en la terminología.
Con el lema "No significa no" pretenden hacer un llamado a la sociedad y las autoridades para que reconsideren las actitudes que están teniendo hacia las mujeres —o hacia su vestimenta— e invitar a un análisis de las relaciones de abuso.
"Tiene menos que ver con el sexo y más con las relaciones de poder... con la gente que abusa porque tiene el poder o la fuerza y luego se justifica cobardemente diciendo que la víctima lo provocó", insiste Amancaya.
"Tú me puedes llamar puta pero eso tampoco te da derecho a abusar de mí", concluye.



jueves, 26 de mayo de 2011

PROPUESTAS DESDE EL MOVIMIENTO 15-M

Propuestas:


Estas son algunas de las medidas que, en cuanto ciudadanos, consideramos esenciales para la regeneración de nuestro sistema político y económico. ¡Opina sobre las mismas y propón las tuyas en el foro!



1. ELIMINACIÓN DE LOS PRIVILEGIOS DE LA CLASE POLÍTICA:
  • Control estricto del absentismo de los cargos electos en sus respectivos puestos. Sanciones específicas por dejación de funciones.
  • Supresión de los privilegios en el pago de impuestos, los años de cotización y el monto de las pensiones. Equiparación del salario de los representantes electos al salario medio español más las dietas necesarias indispensables para el ejercicio de sus funciones.
  • Eliminación de la inmunidad asociada al cargo. Imprescriptibilidad de los delitos de corrupción.
  • Publicación obligatoria del patrimonio de todos los cargos públicos.
  • Reducción de los cargos de libre designación.

2. CONTRA EL DESEMPLEO:
  • Reparto del trabajo fomentando las reducciones de jornada y la conciliación laboral hasta acabar con el desempleo estructural (es decir, hasta que el desempleo descienda por debajo del 5%).
  • Jubilación a los 65 y ningún aumento de la edad de jubilación hasta acabar con el desempleo juvenil.
  • Bonificaciones para aquellas empresas con menos de un 10% de contratación temporal.
  • Seguridad en el empleo: imposibilidad de despidos colectivos o por causas objetivas en las grandes empresas mientras haya beneficios, fiscalización a las grandes empresas para asegurar que no cubren con trabajadores temporales empleos que podrían ser fijos.
  • Restablecimiento del subsidio de 426€ para todos los parados de larga duración.

3. DERECHO A LA VIVIENDA:
  • Expropiación por el Estado de las viviendas construidas en stock que no se han vendido para colocarlas en el mercado en régimen de alquiler protegido.
  • Ayudas al alquiler para jóvenes y todas aquellas personas de bajos recursos.
  • Que se permita la dación en pago de las viviendas para cancelar las hipotecas.

4. SERVICIOS PÚBLICOS DE CALIDAD:
  • Supresión de gastos inútiles en las Administraciones Públicas y establecimiento de un control independiente de presupuestos y gastos.
  • Contratación de personal sanitario hasta acabar con las listas de espera.
  • Contratación de profesorado para garantizar la ratio de alumnos por aula, los grupos de desdoble y los grupos de apoyo.
  • Reducción del coste de matrícula en toda la educación universitaria, equiparando el precio de los posgrados al de los grados.
  • Financiación pública de la investigación para garantizar su independencia.
  • Transporte público barato, de calidad y ecológicamente sostenible: restablecimiento de los trenes que se están sustituyendo por el AVE con los precios originarios, abaratamiento de los abonos de transporte, restricción del tráfico rodado privado en el centro de las ciudades, construcción de carriles bici.
  • Recursos sociales locales: aplicación efectiva de la Ley de Dependencia, redes de cuidadores locales municipales, servicios locales de mediación y tutelaje.

5. CONTROL DE LAS ENTIDADES BANCARIAS:
  • Prohibición de cualquier tipo de rescate o inyección de capital a entidades bancarias: aquellas entidades en dificultades deben quebrar o ser nacionalizadas para constituir una banca pública bajo control social.
  • Elevación de los impuestos a la banca de manera directamente proporcional al gasto social ocasionado por la crisis generada por su mala gestión.
  • Devolución a las arcas públicas por parte de los bancos de todo capital público aportado.
  • Prohibición de inversión de bancos españoles en paraísos fiscales.
  • Regulación de sanciones a los movimientos especulativos y a la mala praxis bancaria.

6. FISCALIDAD:
  • Aumento del tipo impositivo a las grandes fortunas y entidades bancarias.
  • Eliminación de las SICAV.
  • Recuperación del Impuesto sobre el Patrimonio.
  • Control real y efectivo del fraude fiscal y de la fuga de capitales a paraísos fiscales.
  • Promoción a nivel internacional de la adopción de una tasa a las transacciones internacionales (tasa Tobin).

7. LIBERTADES CIUDADANAS Y DEMOCRACIA PARTICIPATIVA:
  • No al control de internet. Abolición de la Ley Sinde.
  • Protección de la libertad de información y del periodismo de investigación.
  • Referéndums obligatorios y vinculantes para las cuestiones de gran calado que modifican las condiciones de vida de los ciudadanos.
  • Referéndums obligatorios para toda introducción de medidas dictadas desde la Unión Europea.
  • Modificación de la Ley Electoral para garantizar un sistema auténticamente representativo y proporcional que no discrimine a ninguna fuerza política ni voluntad social, donde el voto en blanco y el voto nulo también tengan su representación en el legislativo.
  • Independencia del Poder Judicial: reforma de la figura del Ministerio Fiscal para garantizar su independencia, no al nombramiento de miembros del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial por parte del Poder Ejecutivo.
  • Establecimiento de mecanismos efectivos que garanticen la democracia interna en los partidos políticos.

8. REDUCCIÓN DEL GASTO MILITAR




Entrevista a Eduardo Galeano

miércoles, 25 de mayo de 2011

Lo que tenemos por delante - La candidata del Partido Popular de Alfaz trató de impedir que una discapacitada votara


Maite Huerta quiso invalidar el voto de la mujer porque la chica que la llevaba en la silla de ruedas "tocó el sobre"

REDACCIÓN Maite Huerta, que fue candidata del PP a la alcaldía de Alfaz del Pi en las elecciones del pasado domingo, trató de impedir que una discapacitada extranjera ejerciera su derecho al voto porque la persona que la acompañaba tocó el sobre.

"No vota, no vota, no vota, que lo has tocado", repitió una y otra vez la política popular, quien afirmó a la joven que acompañaba a la mujer que "vengo detrás de ti desde el racó, que llevas toda la mañana dando guerra". "Quiere que vea que es correcto", dijo la joven. "Pues no puede, lo siento mucho", aseveró Huerta.
seguir leyendo
Información.es

martes, 24 de mayo de 2011

Comunicado de prensa de “Democracia real YA” (23/05/2011)

Comunicado de prensa de “Democracia real YA” (23/05/2011)


Democracia real Ya! ha decidido emitir este comunicado de urgencia a pesar de ser el día de las elecciones municipales debido a la importancia de los temas a desmentir.

Han aparecido varias webs, perfiles de facebook, twitter y tuenti en los que se intenta suplantar nuestra identidad como movimiento, proponiendo acciones e ideas completamente opuestos a los que se recogen en nuestro manifiesto oficial.

Queremos desde aqui aclarar que DRY no es un partido político, nunca ha tenido pretensiones de serlo y no entra en sus proyectos convertirse en ninguno. Todas las páginas en las que se asocie a DRY con un partido político son calumnias, ya que desde el principio DRY se ha definido como una plataforma apartidista y asindical.

Los únicos canales de comunicación validos son la web oficial democraciarealya.es, el perfil de twitter @democraciareal, el perfil de facebook /democraciarealya y los correos terminados en @democraciarealya.es. Pedimos a los medios que verifiquen cualquier información que les llegue por otros medios que no sean estos.

Han aparecido, no solo reivindicaciones firmadas en nuestro nombre que nada tiene que ver con DRY, sino incluso personas que dicen ser representantes de esta plataforma y que anuncian acciones con fechas concretas. Desde aqui desmentimos esas declaraciones. La proxima semana convocaremos una rueda de prensa en la que se informará de las próximas movilizaciones, hasta ese momento todo lo que se diga carece de veracidad.

DRY quiere aclarar también que las reivindicaciones de las acampadas no tienen porque coincidir con las suyas. Como convocatorias autónomas e independientes que son, cada acampada ha elaborado su propio manifiesto y sus reivindicaciones, que en ocasiones coinciden con las consensuadas por los miembros de DRY y en otras no. Las propuestas de DRY son las que estan publicadas en la web oficial. Cualquier otra propuesta que se haga pública y se desmarque de las anteriores no proviene de DRY, aunque se anuncie como si así fuera.

Más allá de estas acalaraciones, DRY aunque no las organice ni las convoque, apoya las acampadas y colabora en lo posible con ellas, ya que las reconoce como la expresión de la voz de la ciudadanía sin intermediarios, y esa era una de las reivindicaciones de la manifestación del 15 de mayo.

Por último, creemos necesario aclarar ante la cuidadanía que nuestro movimiento nunca ha pedido la abstención, ni el voto en blanco, ni el voto nulo, ni el voto para ningún partido en concreto. DRY promueve que la gente se informe y que decida por sí misma a quién entregar su voto según su ideología, puesto que al ser una plataforma plural, la diversidad de voto es tambien amplia. Nuestro objetivo es mejorar el sistema electoral actual, pero hasta que ese modelo cambie, creemos que cada persona debe participar como mejor le parezca.

Muchas gracias a todos, y disfrutad de la primavera española.

lunes, 23 de mayo de 2011

La privatización del planeta: ¿un mundo demasiado grande para caer?

Noam Chomsky*
El levantamiento democrático en el mundo árabe ha sido un espectacular ejercicio de coraje, dedicación y compromiso de las fuerzas populares que ha venido fortuitamente a coincidir con una notable rebelión de decenas de millares de personas a favor del pueblo trabajador y de la democracia en Madison, Wisconsin, y otras ciudades norteamericanas.


Hay que decir, empero, que si las trayectorias de las revueltas en El Cairo y en Madison llegaron a intersectar, estaban aprobadas en sentido opuesto: mientras en El Cairo se encaminaban a la conquista de derechos elementales negados por la dictadura, en Madison apuntaban a la defensa de derechos que habían sido conquistados con largas y duras luchas y que ahora están sometidos a un desapoderado asalto. Uno y otro caso son un microcosmos de tendencias presentes en la sociedad global que siguen una variedad de cursos. La cosa no ofrece duda: tendrán consecuencias de largo alcance. Tanto lo que ahora mismo está aconteciendo en el decadente corazón industrial del país más rico y poderoso de la historia humana, como lo que está pasando en lo que el presidente Dwight Eisenhower llamó "el área estratégicamente más importante del mundo" ("una estupenda fuente de poder estratégico" y "probablemente el mayor premio económico del mundo en el campo de la inversión extranjera", en palabras del Departamento de Estado de los años 40, un premio que los EEUU trataron de reservarse en exclusiva, para sí propios y para sus aliados, en el incipiente Nuevo Orden Mundial de la época).

A despecho de todos los cambios habidos desde entonces, se puede razonabilísimamente suponer que los actuales más determinantes políticos mantienen básicamente su adhesión al juicio del influyente asesor del presidente Franklin Delano Roosevelt, A.A. Berle, según el cual ese control de las incomparables reservas energéticas del Oriente Próximo traería consigo "un control substancial del mundo". Y análogamente y por contraste, que la pérdida de ese control amenazaría el proyecto de dominación global claramente articulado durante la II Guerra Mundial y persistentemente mantenido aun frente a los decisivos cambios experimentados por el mundo desde entonces. Desde que rompió la Guerra en 1939, Washington anticipó que ésta terminaría con los EEUU en una posición de supremacía. Funcionarios de alto nivel del Departamento de Estado y especialistas en política exterior se reunieron repetidamente durante la Guerra a fin de diseñar planes para el mundo de postguerra. Perfilaron una "Gran Área" que los EEUU tenían que dominar, y que incluía el Hemisferio Occidental, el Extremo Oriente y el antiguo Imperio Británico, con sus recursos energéticos del Oriente Próximo. Cuando Rusia comenzó a demoler los ejércitos nazis luego de la batalla de Stalingrado, los objetivos de la Gran Área comenzaron a extenderse hasta abarcar la mayor zona posible de Eurasia, y al menos su núcleo económico en Europa Occidental. Dentro de la Gran Área, los EEUU mantendrían un "poder indiscutible", con "supremacía militar y económica", al tiempo que se asegurarían de "limitar el ejercicio de la soberanía" de los estados capaces de interferir en los propósitos globales estadounidenses. Los circunstanciados planes del tiempo de guerra no tardaron en ponerse por obra.

¿Siempre se reconoció que Europa podría optar por un curso independiente? La OTAN se concibió en parte para contrarrestar la amenaza de esa independencia. No bien se disolvió en 1989 el pretexto oficial que había dado lugar a la OTAN, la OTAN se expandió hacia el este, en flagrante violación de las promesas verbales hechas al dirigente soviético Mijail Gorbachov. Desde entonces, se ha convertido en una fuerza de intervención manejada por los EEUU. El amplísimo radio de acción que se arroga lo expresó bien el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, al informar en una conferencia de la organización que "las tropas de la OTAN tienen que vigilar los oleoductos que transportan petróleo y gas en dirección a Occidente", y más en general, proteger las rutas navales utilizadas por los cargueros y otras "infraestructuras cruciales" del sistema energético.

Las doctrinas de la Gran Área dan manifiesta licencia para la intervención militar arbitraria. Eso quedó patentemente sentado bajo la administración Clinton, que proclamó el derecho de los EEUU a servirse de la fuerza militar para garantizar el "acceso irrestricto a mercados clave, suministros energéticos y recursos estratégicos", y urgió a mantener "desplegadas hacia Europa y Asia enormes fuerzas militares, "a fin de modelar las opiniones de la gente sobre nosotros" y de "modelar los acontecimientos que afecten a las probabilidades de nuestra seguridad".

Idénticos principios rigieron la invasión de Irak. A medida que se ha ido haciendo evidente la incapacidad de los EEUU para imponer su voluntad en Irak, los objetivos reales de la invasión no pueden seguir camuflándose tras una retórica encandilante. En noviembre de 2007, la Casa Blanca emitió una Declaración de Principios exigiendo que las fuerzas estadounidenses se mantuvieran indefinidamente en Irak y ligando la suerte de ese país al privilegio de inversores norteamericanos. Dos meses después, el presidente Bush informaba al Congreso de que vetaría la legislación que pudiera poner límites al permanente estacionamiento de las Fuerzas Armadas estadounidenses en Irak o "al control, por parte de los EEUU, de los recursos petrolíferos de Irak": unas exigencias que los EEUU tuvieron que abandonar, a la vista de la resistencia iraquí.

En Túnez y Egipto, los recientes levantamientos populares han ganado imponentes batallas, pero, como informaba el Carnegie Endowment, aunque los nombres han cambiado, los regímenes permanecen: "Un cambio en las elites dominantes y en el sistema de dominación es todavía una meta lejana". El informe analiza los obstáculos internos atravesados en el camino de la democracia, pero ignora los exteriores, que, como siempre, son significativos.

Los EEUU y sus aliados occidentales están resueltos a hacer todo lo que puedan para prevenir una auténtica democracia en el mundo árabe. Para entender por qué, basta echar una ojeada a las encuestas de opinión realizadas en el mundo árabe por las agencias norteamericanas de sondeos. Aunque se ha hecho poca publicad de sus resultados, no por eso dejan de ser conocidos por los planificadores estadounidenses. Revelan que mayorías abrumadoras de árabes ven a los EEUU y a Israel como las mayores amenazas a que se enfrentan: así ven a los EEUU el 90% de los egipcios, y en el conjunto de la región, un 75% de los encuestados. Algunos árabes ven como amenaza a Irán: un 10%. La oposición a la política de los EEUU es tan fuerte, que una mayoría cree que la seguridad mejoraría si Irán dispusiera de armamento nuclear (eso cree, por ejemplo, el 80% de los egipcios). Otros cuadros de opinión arrojan resultados semejantes. Si la opinión pública pudiera influir en las decisiones, los EEUU no sólo no podrían controlar la región, sino que serían expulsados de ella junto con todos sus aliados, lo que socavaría los principios fundamentales de la dominación global.

La mano invisible del poder

El apoyo a la democracia es la provincia de los ideólogos y los propagandistas del sistema. En el mundo real, el asco que por la democracia siente la elite es la norma. Son abrumadoras las pruebas de que la democracia sólo es apoyada mientras pueda contribuir a objetivos sociales y económicos, una conclusión a la que reluctantemente llegan los académicos más serios.

El desprecio de la elite por la democracia se reveló espectacularmente en la reacción a las filtraciones de WikiLeaks. Las que mayor atención recibieron, con comentarios rayanos en la euforia, fueron los cables en los que se informaba del apoyo de los árabes a la posición de los EEUU frente a Irán. La referencia, claro, era a los dictadores árabes. Las actitudes de la opinión pública ni siquiera recibían mención. El principio rector fue claramente sentado por el especialista del Carnegie Endowment para Oriente Próximo, Marwan Muasher, un ex alto funcionario del estado jordano: "Nada va mal, todo está bajo control". En suma: si los dictadores nos apoyan, ¿qué tendría que preocuparnos?.

La doctrina Muasher es racional y venerable. Para reducirnos a un solo caso hoy particularmente pertinente, en un debate interno habido en 1958 el presidente Eisenhower manifestó su preocupación por la "campaña de odio" contra nosotros librada en el mundo árabe, no por los gobiernos, sino por las poblaciones. El Consejo Nacional de Seguridad (
NSC, por sus siglas en inglés) explicó que en el mundo árabe se tenía la percepción de que los EEUU apoyaban a los dictadores árabes y bloqueaban la democracia y el desarrollo para asegurarse el control de los recursos de la región. Por lo demás, esa percepción es básicamente correcta, concluía el NSC, y eso es lo que tenemos que hacer, secundar la doctrina Muasher. Estudios realizados por el Pentágono luego del 11 de septiembre confirmaron que lo mismo vale para hoy.

Es normal que los vencedores arrojen la historia al basurero, mientras las víctimas se la toman muy en serio. Unas breves observaciones sobre este importante asunto acaso resulten aquí de utilidad. No es la primera vez que Egipto y los EEUU se enfrentan a problemas similares y
se mueven en direcciones opuestas. Ya ocurrió también a comienzos del siglo XIX.

Los historiadores económicos suelen sostener que Egipto estaba bien situado para emprender un rápido crecimiento económico al mismo tiempo que los EEUU. Ambos países disponían de una rica agricultura, incluido el algodón, combustible de la primera revolución industrial: pero, a diferencia de Egipto, los EEUU tenían que desarrollar la producción de algodón y una fuerza de trabajo mediante la conquista, el exterminio y la esclavitud, con consecuencias que resultan evidentes todavía hoy en las reservas para supervivientes y en las cárceles que han proliferado rápidamente desde los tiempos de Reagan para albergar a la población que la desindustrialización neoliberal hizo sobrera.

Una diferencia fundamental fue que los EEUU lograron su independencia, lo que les dio libertad para ignorar las prescripciones de la teoría económica, impartidas en la época por Adam Smith en unos términos parecidos a los que ahora se predican para las sociedades en vías de desarrollo. Smith urgió a las colonias emancipadas a producir materias primas para la exportación e importar, en cambio, superiores manufacturas británicas, y desde luego, a no tratar de monopolizar bienes cruciales, singularmente el algodón. Cualquier otra senda, advirtió Smith, "lejos de acelerar, retrasaría el ulterior incremento del valor de su producción anual, y lejos de promover, obstruiría el progreso de su país hacia una riqueza y una grandeza reales".

Lograda su independencia, las colonias fueron libres para ignorar este consejo y emprender, en cambio, el curso seguido por Inglaterra, el curso, esto es, de un estado independiente capaz de promover públicamente su propio desarrollo con elevadas tarifas arancelarias pensadas para proteger a su industria de las exportaciones británicas –por lo pronto, los textiles; luego, el acero y otros productos— y para poner por obra muchos otros mecanismos aceleradores del desarrollo industrial. La República independiente buscó hacerse también con el monopolio del algodón, a fin de "poner a todas las demás naciones a nuestros pies", señaladamente al enemigo británico, como no se privaron de declarar los presidentes jacksonianos al conquistar Texas y la mitad de México.

En el posible camino análogo de Egipto se atravesó, empero, la potencia británica. Lord Palmerston declaró que "ninguna idea de equidad puede ser obstáculo en el discurrir de intereses tan grandes y supremos" como los británicos en su afán de preservar su hegemonía
económica y política. Lo declaró expresando, de pasada, su "odio" hacia el "bárbaro ignorante" de Muhammed Ali, que se había avilantado a proponer un curso independiente, y desplegando la flota y el poder financiero británicos para poner fin a la lucha de Egipto por la independencia y el desarrollo económico.

Luego de la II Guerra Mundial, cuando los EEUU desplazaron a Gran Bretaña de la hegemonía global, Washington adoptó la misma posición, dejando claro que los EEUU no proporcionarían la menor ayuda a Egipto, a menos que acatara las normas usaderas para los débiles, normas, dicho sea de paso, que los EEUU siguieron violando, imponiendo elevados aranceles al algodón egipcio y causando una debilitadora escasez de dólares. La interpretación habitual de los principios del mercado.

Difícilmente sorprenderá, pues, que la "campaña de odio" contra los EEUU que preocupaba a Eisenhower se base en la percepción de que los EEUU apoyan a dictadores y bloquean la democracia y el desarrollo, como hacen también sus aliados.

Ha de añadirse en defensa de Adam Smith que sí se percató claramente de lo que ocurriría si Gran Bretaña seguí las reglas de la teoría económica al uso, que ahora llamamos "neoliberalismo". Alertó de que si las industriales, los comerciantes y los inversores británicos se abrían al mundo, podrían sacar beneficios, pero Inglaterra sufriría. Pero sintió que se dejarían guiar por un sesgo nacional, como si por una mano invisible a Inglaterra no le estuvieran reservados los desquites de la racionalidad económica.

El paso es difícil de olvidar. Es la única vez en que aparece la célebre frase de la "mano invisible" en toda la Riqueza de las naciones. El otro fundador de la economía clásica, David Ricardo, sacó parecidas conclusiones, en la esperanza de que el sesgo nacional llevaría a los hombres de propiedad a "contentarse con las baja tasas de beneficio en su propio país, antes que a buscar un empleo más ventajoso de su riqueza en las naciones extranjeras"; sentimientos éstos, que añadía  "lamentaría ver debilitados". Predicciones aparte, los instintos de los economistas clásicos rebosaban de buen sentido.

Las "amenazas" iraní y china


El levantamiento por la democracia en el mundo árabe se compara a veces con el registrado en la Europa del este en 1989, pero con razones harto dudosas. En 1989, el levantamiento democrático fue tolerado por los rusos, y apoyado por las potencias occidentales conforme la doctrina asadera: se acomodaba patentemente a los objetivos económicos y estratégicos, lo que hizo de él un logro nobilísimo, honrado por doquiera, a diferencia de las luchas que paralelamente se desarrollaban en América Central por la "defensa de los derechos fundamentales del pueblo", en palabras del Arzobispo de El Salvador, uno de los centenares de miles de víctimas de las fuerzas militares armadas y entrenadas en Washington. No había Nunkun Gorbachov en Occidente durante esos horrendos años, y sigue sin haberlo. Y las potencias occidentales siguen siendo hostiles a la democracia en el mundo árabe por muy buenas razones.

Las doctrinas de la Gran Área siguen aplicándose a las crisis y a las confrontaciones de nuestros días. En los círculos occidentales de toma de decisiones políticas, lo mismo que entre los comentaristas políticos, se considera que, por lo mismo que la amenaza iraní representaría el mayor peligro para el orden mundial, la política exterior de los EEUU debería centrarse primordialmente allí, dejando a la política exterior europea el papel de las educadas negociaciones diplomáticas.

Ahora bien; ¿en qué consiste exactamente la amenaza iraní? El Pentágono y los servicios de inteligencia estadounidenses nos proporcionan una autorizada respuesta. En sus informes del año pasado sobre la seguridad global, dejaron claro que la amenaza no es de naturaleza militar. El gasto militar iraní es "relativamente bajo en comparación con el resto de la región", concluían. Su doctrina militar es estrictamente "defensiva, concebida para frenar una posible invasión y forzar a una solución diplomática de las hostilidades". Irán sólo tiene "una capacidad limitada de proyectar su fuerza más allá de sus fronteras". Respecto de la opción nuclear, "el programa nuclear de Irán, y su disposición a mantener abierta la posibilidad de desarrollar armamento nuclear, es una parte central de su estrategia de disuasión". Hasta aquí las citas.

El brutal régimen clerical iraní, la cosa no ofrece duda, representa una amenaza para su propio pueblo, pero difícilmente puede decirse que sobrepasa en esta materia a los aliados de los EEUU. Mas la amenaza radica en otra parte, y es, en efecto, ominosa. Un elemento de ella es la capacidad potencial iraní para la disuasión, un ilegítimo ejercicio de soberanía que podría interferir en la libertad de acción de los EEUU en la región. Resulta manifiestamente obvio por qué Irán busca construir una capacidad disuasoria: para explicarlo, basta echar un vistazo a la distribución de bases militares y fuerzas nucleares en la región.

Hace siete años, el historiador militar israelí Martin van Creveld escribió que "el mundo ha sido testigo de cómo los EEUU han atacado a Irak, según ha terminado por verse, sin la menor razón para ello. Si los iraníes no trataran de construir armamento nuclear, estarían locos de remate", sobre todo hallándose, como se hallan, bajo constante amenaza de ataque en violación de la Carta de NNUU. Que terminen construyéndolo o no, es una cuestión sin responder, pero quizá sí.

Ello es que la amenaza iraní va más allá de la capacidad disuasoria. También busca expandir su influencia en los países vecinos, subrayan el Pentágono y los servicios estadounidenses de inteligencia, y así, "desestabilizar" la región, como se dice en la jerga técnica del discurso de la política exterior: la invasión y ocupación militar norteamericanas de los vecinos de Irán es "estabilización"; los esfuerzos de Irán por extender hacia ellos su influencia, algo de todo punto ilegítimo.

Esos usos lingüísticos se han hecho rutinarios. Así, el prominente experto en política exterior James Chace usaba propiamente el término "estabilidad" en su sentido técnico, cuando explicaba que, para lograr "estabilidad" en Chile, era necesario "desestabilizar" el país derrocando al gobierno electo de Salvador Allende e instalando la dictadura del general Augusto Pinochet. Hay otras preocupaciones suscitadas por Irán dignas de ser exploradas, pero tal vez baste lo dicho para ilustrar los principios rectores y el estatus de que gozan en la cultura imperial. Como subrayaron en su día los planificadores de Franklin Delano Roosevelt en el alba del sistema mundial contemporáneo, los EEUU no pueden tolerar "ningún ejercicio de la soberanía" que interfiera en sus propósitos globales.

Los EEUU y Europa van a la una en punto a castigar a Irán por su amenaza a la estabilidad, pero resulta útil recordar lo aislados que están. Los países no alineados han apoyado vigorosamente el derecho de Irán a enriquecer el uranio. En la región, la opinión pública árabe es todavía más favorable al desarrollo de armas nucleares por Irán. La mayor potencia regional, Turquía, votó contra las últimas sanciones propiciadas por EEUU en el Consejo de Seguridad, y lo hizo junto a Brasil, el país más admirado en el Sur. Su desobediencia fue drásticamente censurada, y no por vez primera: Turquía fue ya agriamente condena en 2003, cuando su gobierno secundó la voluntad del 95% de su población y se negó a participar en la invasión de Irak, demostrando así su débil noción de "democracia" el estilo occidental.

Luego de su fechoría en el Consejo de Seguridad el año pasado, Turquía fue amonestada por el jefe de la diplomacia de Obama en los asuntos europeos, Philip Gordon: tenía que "demostrar su compromiso como socio de Occidente". Un académico que trabaja para el Consejo de Relaciones Exteriores se preguntaba: "¿Cómo mantener a los turcos en el sendero que les toca?". Pues obedeciendo órdenes, como buenos demócratas. El Brasil de Lula fue amonestado en un editorial del New York Times: sus esfuerzos conjuntos con Turquía para abrir una solución el problema del uranio enriquecido fuera del marco establecido por la potencia estadounidense era una "tacha en el legado del dirigente brasileño". En una palabra: haced lo que os decimos, a ver si no.

Una interesante luz lateral, finalmente apagada, la ofrece el hecho de que la negociación Irán-Turquía-Brasil gozó de la previa aprobación de Obama, presumiblemente en la idea de que fracasaría, suministrando, así, una nueva arma contra Irán. Cuando culminó con éxito, la aprobación trocó en censura, y Washington se aprestó a imponer a trancas y barrancas una resolución del Consejo de Seguridad que al final resultó tan débil, que hasta China la suscribió: ahora se la castiga por atenerse a la letra de esa resolución, en vez de secundar las directrices unilaterales de Washington.

Aunque los EEUU pueden tolerar la desobediencia turca, aun si con desaliento, China resulta harto más difícil de ignorar. La prensa alerta de que "los inversores y los comerciantes chinos están llenando ahora un vacío en Irán, en la medida en que las empresas de muchas otras naciones, señaladamente europeas, se van: preocupa especialmente la expansión de su papel dominante en las industrias energéticas iraníes. Washington está reaccionando con un punto de desesperación. El Departamento de Estado advirtió a China de que si desea ser aceptada en la comunidad internacional –un término técnico para referirse a los EEUU a quienquiera que esté de acuerdo con ellos—, no puede "mantenerse al margen y evadirse de las responsabilidades
internacionales, [que] están bien claras", y es a saber: secunda las órdenes de los EEUU. Es muy poco probable que eso causara la menor impresión en China.

Hay mucha preocupación también con la creciente amenaza militar china. Un estudio reciente del Pentágono alertaba de que el presupuesto militar chino se acerca a "un quinto del gasto del Pentágono en operaciones bélicas en Irak y Afganistán", a su vez una fracción del presupuesto militar estadounidense, huelga decirlo. La expansión de las fuerzas militares chinas podría "cegar la capacidad de los barcos de guerra norteamericanos para operar en aguas internacionales fuera de sus costas", añadía el New York Times.

Fuera de las costas de China, claro está; nadie ha propuesto todavía que los EEUU eliminen las fuerzas militares que cierran el Caribe a los barcos de guerra chinos. La incapacidad china para entender las reglas de la civilidad internacional queda ulteriormente ilustrada con sus objeciones a los planes para que el portaviones nuclear George Washington se sume a los ejercicios navales desarrollados a unas pocas millas de la costa china, supuestamente con capacidad para bombardear Beijing.

En cambio, Occidente comprende cabalmente que esas operaciones estadounidenses se emprende, todas, para defender la estabilidad y su propia seguridad. El periódico liberal de izquierda New Republic expresa su preocupación por que "China envía diez barcos de guerra a aguas internacionales, justo ante la isla japonesa de Okinawa". Es una provocación, a diferencia del hecho, que ni se molesta en mencionar, de que Washington haya convertido la isla en una gran base militar, desafiando las vehementes protestas de la población de Okinawa: eso no es una provocación, conforme al usadero principio de que nosotros somos los propietarios del mundo.

Dejando de lado la arraigadísima doctrina imperial, hay buenas razones para que los vecinos de China se preocupen por el creciente poder militar y comercial de ésta. Y aunque la opinión pública árabe apoya un posible programa iraní de armas nucleares, nosotros, desde luego, no deberíamos hacerlo. La bibliografía especializada en política internacional está llena de propuestas para evitar esa amenaza. Una muy obvia rara vez merece discusión: trabajar a favor del establecimiento de una Zona Libre de Armas Nucleares (ZLAN) ne la región. La propuesta, una vez más, nació en la conferencia del Tratado de No Proliferación (TNP) celebrada en el cuartel general de las Naciones Unidas el pasado mes de mayo. Egipto, en su calidad de
presidente de las 118 naciones que componen el Movimiento de No Alineados, hizo un llamamiento para comenzar negociaciones para una ZLAN en Oriente Próximo, como había sido acordado, también por Occidente –incluidos los EEUU—, en la conferencia del TNP de 1995.

El apoyo internacional a esta propuesta es tan abrumador, que Obama no tuvo otro remedio que sumarse formalmente a ella. Buena idea, dijo Washington en la conferencia; pero no ahora. Los EEUU dejaron claro, además, que Israel debería quedar al margen de eso: no son admisibles propuestas que pretendan poner el programa nuclear israelí bajo los auspicios de la Agencia Internacional de Energía Atómica o que exijan información sobre "las instalaciones y las actividades nucleares de Israel".
Baste eso para hacerse una idea del método con que se aborda el problema de la amenaza nuclear iraní.

La privatización del planeta


Aunque la doctrina de la Gran Área sigue vigente, la capacidad para ponerla por obra ha disminuido visiblemente. La cima del poder estadounidense se dio luego de la II Guerra Mundial, cuando disponía literalmente de la mitad de la riqueza del mundo. Pero eso, como es natural, fue declinando, a medida que otras economías industriales fueron recuperándose de la devastación bélica y la descolonización echó tortuosamente andar. A comienzos de los 70, la participación de los EEUU en la riqueza mundial había disminuido hasta el 25%, y el mundo industrial se había hecho tripolar: Norteamérica, Europa y el Este asiático (entonces con base en Japón).

Hubo también en los 70 un cambio drástico en la economía estadounidense, que derivó hacia la financiarización y la exportación de la producción. Varios factores convergieron para crear un círculo vicioso de radical concentración de la riqueza, primordialmente en la fracción del 1% de la población en la cúspide: básicamente, altos ejecutivos, gestores de fondos e inversión libre y gentes por el estilo. Eso trajo consigo la concentración del poder político, lo que a su vez trajo consigo políticas públicas favorables al incremento de la concentración económica; políticas fiscales, normas de gobernanza empresarial, desregulación, etc., etc. Entretanto, los costes de lascampañas electorales se dispararon, empujando a los partidos políticos hacia los bolsillos del capital concentrado, crecientemente financiero: los Republicanos, a conciencia; los Demócratas –que ahora son lo que antes solíamos llamar Republicanos moderados—, a la zaga.

Las elecciones se han convertido en una farsa grotesca manejada por la industria de las relaciones públicas. Tras su victoria de 2008, Obama ganó un premio concedido por esta industria a la mejor campaña de marketing del año. Los ejecutivos del sector estaban eufóricos.

Explicaban en la prensa del mundo de los negocios que desde la época de Regan habían venido haciendo publicidad de los candidatos como si de una mercancía cualquiera se tratara, pero que la campaña de 2008 fue su gran logro y que esa campaña cambiaría el estilo publicitario de las direcciones de las grandes empresas. Se espera que las elecciones de 2012 costarán 2 mil millones de dólares, básicamente aportados por la gran empresa privada. No puede, pues, sorprender a nadie que Obama esté eligiendo a dirigentes del mundo de los negocios para ocupar altos cargos. La opinión pública está enojada y frustrada, pero en tanto rijan los principios de Muasher, eso carece de importancia.

Mientras la riqueza y el poder han ido concentrándose en una estrecha franja, los ingresos reales del grueso de la población se han estancado y la gente está cada vez más cargada de horas de trabajo, de deudas y de inflación de activos regularmente destruidos por la crisis financiera que empezó a amagar desde que el aparato regulatorio comenzó a ser desmantelado a partir de los años 80.

Nada de eso resulta problemático para los muy ricos, que se benefician de una póliza pública de seguros llamada "demasiado grande para caer". Los bancos y las empresas de inversión pueden hacer transacciones arriesgadas, con grandes rendimientos, que cuando el sistema inevitablemente se desploma siempre pueden acudir al papá estado para que el contribuyente los rescate, eso sí, bien asiditos a sus ejemplares de los libros de Friedrich Hayek y Milton Friedman.

Tal ha sido el proceso más común desde los años de Reagan, siendo cada nueva crisis más extrema que la anterior (para el grueso de la población, claro está). Ahora mismo, el desempleo real se halla a niveles de la Gran Depresión para buena parte de la población, mientras que Goldman Sachs, uno de los principales arquitectos de la presente crisis, es más rico que nunca. Acaba de anunciar, impertérrito, la cifra de 17,5 mil millones de dólares en concepto de remuneraciones para sus ejecutivos en el pasado año, y el presidente de su consejo de administración, Lloyd Blankfein, sólo en concepto de bonos, recibirá 12,6 millones de dólares, mientras su salario base se triplicará.

No se adelanta nada centrándose en este tipo de hechos. Consiguientemente, la propaganda tiene que buscar otros culpables: estos últimos meses, a los trabajadores del sector público, a sus salariazos, a sus exorbitantes pensiones de jubilación, y así por el estilo. Todo en la mejor tradición del imaginario reaganitas, con mamás negras llevadas en limousinas por sus chóferes a cobrar los cheques en las dependencias públicas de bienestar social, y otros modelos por el estilo que no merece la pena siquiera mencionar. Todos tenemos que apretarnos el cinturón; bueno, casi todos.

Los maestros y profesores constituyen un blanco particularmente adecuado, como parte del deliberado empeño en destruir el sistema público de educación, desde las guarderías de infancia hasta las universidades, por la vía de la privatización: una vez más, una política buena para los ricos, pero desastrosa para la población, así como para la salud a largo plazo de la economía. Pero eso es otra de las externalidades que hay que dejar de lado, mientras prevalezcan los principios del mercado.

Otro blanco estupendo: los inmigrantes. Eso ha sido así a lo largo de la historia de los EEUU, más aún en tiempos de crisis económica, pero ahora exacerbado por un sentido de que nuestro país nos está siendo arrebatado: la población blanca pronto será una minoría. Se puede entender el miedo de individuos que se sienten agraviados, pero la crueldad de las políticas migratorias resulta estupefaciente.

¿Qué inmigrantes se convierten en blanco de esos ataques? En el este de Massachusetts, que es donde yo vivo, muchos son mayas que lograron escapar al genocidio perpetrado en los altos guatemaltecos por los asesinos preferidos de Reagan. Otros son mexicanos, víctimas del acuerdo NAFTA de libre comercio propiciado por Clinton, uno de esos raros acuerdos entre gobiernos que consiguen perjudicar a los pueblos de todos los países participantes (tres, en este caso: EEUU, México y Canadá). Cuando el NAFTA fue aprobado en el Congreso contra las objeciones populares en 1994 fue cuando Clinton inició también la militarización de la fontera entre México y los EEUU, antes razonablemente abierta. Sabiendo que los campesinos mexicanos no podrían competir con el agronegocio públicamente subsidiado en los EEUU y que las empresas mexicanas no sobrevivirían a la competencia de las trasnacionales estadounidenses. Transnacionales a las que debe considerarse como "nacionales", conforme al falso remoquete de los acuerdos de libre comercio: un privilegio, dicho sea de paso, sólo acordado a las personas jurídicas que son las empresas, no a las personas de carne y hueso. Como cabía esperar, esas medidas trajeron consigo una correntada de refugiados caídos en la desesperación, y a la consiguiente histeria anti-inmigratoria entre las víctimas internas de esas mismas políticas del estado y de las grandes empresas privadas.

Algo muy parecido está ocurriendo en Europa, en donde el racismo es probablemente más virulento que en los EEUU. Uno no puede menos de observar con estupor cuando Italia se queja del flujo de inmigrantes procedentes de Libia, aquel escenario del primer genocidio posterior a la I Guerra Mundial –acontecido en el ahora liberado este del país— a manos del gobierno fascista de Italia. O cuando Francia, todavía hoy la principal protectora de las brutales dictaduras que gobiernan sus antiguas colonias, se las arregla para pasar por alto las odiosas atrocidades sometidas por ella en África, mientras el presidente francés Nicolas Sarkozy alerta, sombrío, sobre la "ola de inmigrantes" y Marine Le Pen le objeta que no hace nada por prevenirla. No necesitaré mencionar a Bélgica, que se llevaría la palma en lo que Adam Smith llamó "la salvaje injusticia de los europeos".

El ascenso de los partidos neofascistas en buena parte de Europa resultaría ya un fenómeno suficientemente aterrador, aun sin necesidad de recordar lo que ocurrió en el continente en un pasado reciente. Imaginad la reacción, si los judíos fueran expulsados de Francia, condenados a la miseria y la opresión, y comparad con la falta de reacción cuando eso mismo ocurre con los gitanos, la población más brutalizada de Europa, asimismo víctima del Holocausto .

En Hungría, el partido neofascista Jobbik logró un 17% de los votos en las elecciones nacionales, algo que acaso no resulte tan sorprendente, si se recuerda que tres cuartas partes de la población cree estar peor ahora que bajo la dominación comunista. Podríamos sntirse tal vez aliviados por el hecho de que en Austria el ultraderechista Jörg Haider lograra sólo el 10% del sufragio en 2008, si no fuera porque el nuevo Partido de la Libertad, que está todavía más a su derecha, logró rebasar el 17%. Resulta escalofriante recordar que en 1928 los nazis consiguierion menos del 3% del sufragio en Alemania.

En Inglaterra, el Partido Nacional Británico y la Liga de Defensa Inglesa, en la derecha ultrarracista, son fuerza importantes. (Lo que está pasando en Holanda lo sabréis mejor vosotros que yo.) En Alemania, [ex socialdemócrata] Thilo Sarrazin se lamenta de que los inmigrantes estén destruyendo el país y consigue un superventas con su lamento, mientras que la Cancillera Angela Merkel, aun condenando el libro, declara que el multiculturalismo ha "fracasado estrepitosamente": los turcos importados para hacer los trabajos sucios en Alemania han fracasado en punto a volverse rubios de ojos azules, auténticos arios.

Quienes conserven un sentido para la ironía recordarán que Benjamín Franklin, una las principales figuras de la Ilustración, alertó de que las recientemente emancipadas colonias norteamericanas deberían andarse con cuidado a la hora admitir la inmigración de alemanes, porque eran demasiado morenos; y lo mismo los suecos. Hasta bien entrado el siglo XX, los mitos ridículos sobre la pureza anglosajona eran comunes en los EEUU, incluso entre presidentes y otras figuras de viso. El racismo en la cultura literaria ha sido una obscenidad insalubre; pero peor ha sido en la práctica, huelga decirlo. Es mucho más fácil erradicar la poliomielitis que esta horrible plaga que una y otra vez reaparece, y con mayor virulencia, en tiempos de malestar económico.

No quiero terminar sin mencionar otra externalidad que se pasa por alto en los sistemas de mercado: el destino de la especie. Al riesgo sistémico en el sistema financiero puede ponerle remedio el sufrido contribuyente, pero nadie vendrá a rescatar el medio ambiente que está siendo devastado. Que deba ser devastado, es poco menos que un imperativo institucional. Los dirigentes empresariales que están desarrollando campañas publicitarias para convencer a la población de que el calentamiento global antropogénico es un bulo izquierdista entienden perfectamente la gravedad de la amenaza, pero tienen que maximizar sus beneficios y sus cuotas de mercado a corto plazo. Si no lo hacen ellos, lo harán otros.

Ese círculo vicioso podría terminar siendo letal. Para percatarse de lo perentorio del peligro, basta con echar un vistazo al nuevo Congreso de los EEUU, entronizado por la financiación y la publicidad empresariales. Casi todos son negacionistas climáticos. Ya han empezado a cortar fondos destinados a medidas capaces de mitigar la catástrofe medioambiental. Y lo que es peor: alguno de ellos se lo creen de verdad; por ejemplo, el nuevo jefe del subcomité de medioambiente, que va por ahí explicando que el calentamiento global no puede ser un problema porque Dios prometió a Noé que no habría otro diluvio universal.

Si tales cosas estuvieran pasando en algún paisito remoto, hasta podríamos sonreírnos. Pero están pasando en el país más rico y poderoso del mundo. Y antes de que nos entre la risa boba, tenemos que recordar que la presente crisis económica se remonta en no pequeña medida a la fe fanática en dogmas como el de la hipótesis de la eficiencia de los mercados, y en general, en lo que el premio Nóbel Joseph Stiglitz llamó hace ya 15 años la "religión" de la omnisciencia de los mercados: una religión que impidió que los bancos centrales y los economistas profesionales se percataran de la existencia de una enorme burbuja inmobiliaria sin la menor base en los fundamentos de la vida económica y que, al estallar, resultó devastadora para el
conjunto de la economía.

Todo eso, y mucho más, puede seguir su curso mientras rija la doctrina Muashar. Mientras el grueso de la población se mantenga pasiva, apática, entregada al consumismo o al odio contra los vulnerables, los poderosos del mundo podrán seguir haciendo lo que les plazca, y a los que sobrevivan a eso no les quedará sino contemplar el catastrófico resultado.
 
*Noam Chomsky es profesor emérito del Departamento de Lingüística y Filosofía del MIT. Universalmente reconocido como renovador de la lingüística contemporánea, es el autor vivo más citado, el intelectual público más destacado de nuestro tiempo y una figura política emblemática de la resistencia antiimperialista mundial. El texto aquí traducido procede de una conferencia dictada en Amsterdam
 
Última actualización el Lunes, 23 de Mayo de 2011 

Clarín