Mike Krolikowski, Yvette Krolikowski, Damien Millet
CADTM
Traducción: Alberto Nadal para VIENTO SUR (www.vientosur.info)
El 9 de abril de 2011, los islandeses se han negado, por  cerca de un 60%, a pagar por asumir los errores de quienes han llevado  su país al abismo. Una vez más han rechazado mediante referéndum el  acuerdo Icesave, que prevé que el Estado indemnice a los centenares de  miles de ahorradores británicos y holandeses que han perdido dinero en  la quiebra de este banco “en línea” en 2008. Han confirmado por tanto el  primer "No" pronunciado en marzo de 2010, lo que irrita extremadamente  tanto al gobierno islandés, como a los gobiernos británico y holandés, a  la Unión Europea, a los banqueros y los promotores de la mundialización  neoliberal. Todos estos altos responsables no ven ningún inconveniente  en que un banco on line llamado Icesave proponga tasas alucinantes para  atraer a los clientes, que ciudadanos británicos y holandeses atraídos  por la promesa de ganancias fáciles inviertan en él en todo conocimiento  de causa, que Londres y Amsterdam vengan a enjugar las pérdidas de  estos especuladores cuando una crisis de gran amplitud estalla  provocando la quiebra del banco, y luego que esos gobiernos se vuelvan  contra el Estado islandés para que tome a su cargo los 3,8 millardos de  euros que han gastado, y que la primera ministra islandesa esté de  acuerdo en imponer esta purga a su país. Muy felizmente, el pueblo  islandés ha dicho que no una vez más.
Confesamos que las caras de derrota de quienes pensaban  que el pueblo iba a aceptar lo inaceptable han sido bastante divertidas.  El Reino Unido y los Países Bajos, "muy decepcionados", reiniciarán el  procedimiento judicial ante la Autoridad de Vigilancia de la Asociación  Europea de Libre Cambio (AELC). Según el ministro holandés de Finanzas:  "El tiempo de las negociaciones se ha acabado, Islandia sigue teniendo  la obligación de devolver el dinero, la cuestión en adelante está en  manos de los tribunales". Por parte del gobierno islandés: "El resultado  del referéndum no afectará al comienzo de los pagos por la sociedad  Landsbanki Islands hf (casa madre de Icesave) a los acreedores  prioritarios -incluyendo a las autoridades británicas y holandesas". El  pueblo se ha expresado; ahora es instructivo seguir el nivel de respeto  de esta decisión. Pero para comprender cómo Islandia ha llegado ahí, se  impone una vuelta atrás. 
Del paraíso al infierno
Vista del exterior, Islandia, que figuraba en primer  lugar del índice de desarrollo humano del PNUD en 2007, muy lejos por  delante de los países de ortodoxia neoliberal como los Estados Unidos,  Francia o el Reino Unido, parecía un pequeño paraíso. Con una esperanza  de vida entre las más elevadas del mundo, un paro casi inexistente, las  condiciones difíciles de las poblaciones del Tercer Mundo parecían muy  lejanas para los 320.000 islandeses. Sin embargo, la deuda pública del  país había subido precipitadamente desde 2003, fecha de la terminación  de la privatización de los bancos. En el curso de los últimos años, está  claro que el recurso a préstamos a corto plazo se ha multiplicado.
Hoy, en este pequeño país que vive de la pesca del  bacalao, de un poco de aluminio, del turismo, de algunos corderos y de  mucha geotermia, más de una tercera parte de las familias está  sobreendeudada. En fase con la ideología dominante, el gobierno había  incitado a las familias a convertirse en propietarias de su vivienda.  Pero la catástrofe acechaba. Desde los años 1980, todos los préstamos  estaban indexados con los precios, pero no con los salarios. La  devaluación de la moneda islandesa (krona, corona): un 50% en 2008, y  una inflación de dos cifras iban a llevar a los islandeses al  precipicio. Reikiavik encuentra hoy preocupaciones comparables a las de  las capitales situadas en la parte baja de la clasificación del PNUD:  carencia de liquidez, negociaciones difíciles con acreedores  intratables, primas de riesgo muy elevadas, notación degradada por las  agencias como Fitch o Standard&Poor´s, intervención del FMI,  prestamista en última instancia.
Todo comenzó con un sistema financiero que tenía como  prioridad absoluta la libre circulación de los capitales, como  consecuencia de la revolución neoliberal de los años Reagan-Thatcher en  el giro de los años 1980. Allí donde fue aplicada, las desigualdades  aumentaron enormemente. Islandia también participó en esa tendencia  fuerte, particularmente a partir de 1999 cuando el gobierno islandés  comenzó a privatizar el sector bancario. Ya en la minicrisis de 2006,  Fitch anunciaba la degradación de la deuda pública islandesa y los  agentes bursátiles comparaban la situación de Islandia a la de la  Tailandia de 1997 o de la Turquía de 2000. 
Era la primera alerta.
Los tres principales bancos islandeses (Kaupthing,  Glitnir y sobre todo Landsbanki a través de su filial Icesave),  privatizados en 2003, encontraron rápidamente su lugar en el mundo de la  gran finanza. Sus actividades principales tenían lugar en Londres, en  Luxemburgo y en los países escandinavos. Rápidamente, estos tres bancos  se habían dotado de fondos altamente especulativos. La City de Londres,  totalmente desregulada, era su terreno de juego preferido. Con la  preocupación de búsqueda desenfrenada de beneficios para los  accionistas, se aprovecharon de lo que parece mucho un laxismo  organizado en el control bancario para poder invertir en los mercados  financieros mundiales sin ninguna prudencia. Siendo insuficiente la  población islandesa para generar una cifra de negocios de tamaño  internacional, estos bancos buscaron ampliar sus actividades en el  extranjero, proponiendo cuentas corrientes en divisas extranjeras,  remuneradas, en otros países entre ellos el Reino Unido (octubre 2006) y  los Países Bajos (mayo 2008). Tras la minicrisis de 2006, las agencias  de notación hicieron presión para que los bancos diversificaran su base  de financiación. El mercado respondió bien a su oferta, dado que las  cuentas corrientes son raramente remuneradas por los bancos europeos.  Ante este éxito, que conllevaba un aumento de sus propias reservas,  estos bancos se encontraron ante la posibilidad de ofrecer préstamos  tentadores, siempre indexados con las divisas fuertes. Siguiendo la  lógica bancaria hasta el final, colocaron el resto de sus reservas en  productos financieros extranjeros diversos, incluyendo los que luego se  mostrarían como los más inseguros y más nocivos.
Dos azotes: la crisis y el FMI…
La crisis golpea entonces y, el 6 de octubre de 2008,  los bancos islandeses hipertrofiados se hunden. En aquel momento, sus  deudas se elevaban a 10 veces el PIB del país. El Estado no tiene los  medios de ponerlas a flote, puesto que sus necesidades superan  ampliamente su capacidad. Para evitar un pánico bancario, los gobiernos  británico y holandés aceptan indemnizar a sus nacionales dueños de  cuentas en bancos islandeses. Pero estos gobiernos presentan la factura  (3,8 millardos de euros en total, es decir, 2,6 para el Reino Unido y  1,2 para Holanda) ¡a Islandia! Paradoja de la situación, la cifra de la  población islandesa es inferior al número de las 400.000 cuentas  afectadas. El día mismo del desencadenamiento de la crisis, el FMI envía una misión  a la isla. El 24 de octubre de 2008, vuelve a Europa Occidental con un  acuerdo de préstamo de 2,1 millardos de dólares (ratificado el 19 de  noviembre), haciendo de Islandia el primer país occidental en recurrir a  una ayuda así desde hace un cuarto de siglo. La financiación se  extenderá por dos años, con una entrega inmediata de 830 millones de  dólares. Otras ocho tramos de 160 millones de dólares seguirán. El  préstamo será devuelto por los islandeses entre 2012 y 2015. El jefe de  la misión del FMI precisa que Islandia deberá encontrar cuatro millardos  suplementarios: "Para el período de dos años, el paquete de ayudas es  de alrededor de seis millardos de dólares de los que cuatro millardos  provienen de otros países". Los países del Norte de Europa (Finlandia,  Suecia, Noruega y Dinamarca con 2,5 millardos de dólares) y Polonia  completan esta suma.
Como ocurre siempre con el FMI, en contrapartida  Islandia se compromete a aplicar un "programa de recuperación" de su  economía, con medidas inmediatas, a corto y medio plazo. Este programa  muy exigente implica esfuerzos significativos de reducción de los  gastos, dicho de otra forma, una cura de austeridad. El gesto más  humillante para los islandeses es, desde el comienzo de la crisis, la  congelación de los haberes de los bancos islandeses por el Reino Unido  en el marco jurídico de una "ley antiterrorista", poniendo a Islandia en  la lista de los países "terroristas" para Londres. El país será  retirado de esta lista el 15 de junio de 2009.
Justamente cinco años después de haber privatizado sus  tres bancos, en septiembre de 2008, el gobierno islandés se vio obligado  a recuperar el 75% del banco Glitnir. El mes siguiente, renacionaliza  Kaupthing y Landsbanki. En febrero de 2009, Glitnir es totalmente  renacionalizado bajo su antiguo nombre de "Islandsbanki". El proceso es  muy claro: antes de 2003, como esos bancos hacían beneficios colosales,  era necesario que fueran privatizados, pero en cuanto se hundieron, el  Estado era conminado a recuperarlos, a asumir sus deudas, a pedir  prestado para hacer frente a sus pagos, y luego a reprivatizarlos lo más  rápidamente posible sin olvidar reformar su economía en un sentido  neoliberal para hacer pagar la factura a la población islandesa. ¡Es así  como el pueblo paga por los graves errores de los banqueros! No faltan  las reacciones. Todos los sábados, durante varios meses, la población se  ha manifestado contra las medidas de austeridad que implican en  particular ataques muy duros contra el sistema de protección social y  contra las jubilaciones, que provocan por ejemplo el cierre de  hospitales.
Bajo esta presión, el primer ministro anuncia en enero  de 2009 la celebración de elecciones anticipadas para el 9 de mayo. Los  islandeses no se satisfacen con esta propuesta. El sábado 24 de enero,  reunidos como cada fin de semana desde hace 16 semanas, reclaman la  dimisión del gobierno. Dos días más tarde, el primer ministro, del  Partido de la Independencia, formación de centro derecha que comparte el  poder con el partido socialdemócrata desde mayo de 2007, anuncia la  dimisión inmediata de su gobierno. Se forma un gobierno provisional  hasta las elecciones, el 25 de abril de 2009, que ven llegar a la cabeza  del país a una coalición formada por el partido socialdemócrata y el  partido izquierda-verdes.
El 16 de julio de 2009, Islandia plantea oficialmente su candidatura a la Unión Europea.
Icesave: ¡ni una vez!
El 30 de diciembre de 2009, el Althingi (Parlamento  islandés) vota por estrecha mayoría la ley llamada "Icesave", de acuerdo  con las exigencias de los países demandantes, que ratifica la  devolución de 3,8 millardos de euros a Gran Bretaña y Holanda. Esto  significa pagar alrededor de 100 euros por habitante y por mes durante  ocho años por la quiebra de un banco de inversiones muy arriesgadas. La  población manifiesta su desacuerdo exigiendo, por un manifiesto y varios  días de "caceroladas" ante el parlamento, que el presidente Olaf Ragnar  Grimsson no promulgue la ley. Estas manifestaciones permiten también la  sensibilización de una parte de la población sobre las fechorías del  mundo financiero. Ante la presión de la calle, demostrando que los  pueblos en movimiento pueden hacerse oír, el presidente se niega a  firmar, convocando, en el marco del artículo 26 de la Constitución  islandesa, un referéndum vinculante para el gobierno. El 6 de marzo de  2010, con una fuerte movilización, el 93% de los islandeses rechazan el  acuerdo, lo que obliga a los ministerios de finanzas de los tres países  concernidos (Islandia, Reino Unido y Holanda) a retomar las  negociaciones. Luego, las tres delegaciones se reúnen muy regularmente  en Londres, en una atmósfera volcánica de chantaje. En paralelo, se  celebran prenegociaciones para la adhesión a la Unión Europea, que ha  intentado ligar los dos tipos de discusiones. A pesar de las repetidas  demandas del gobierno islandés de disociar las diferentes negociaciones,  durante este período, sufre muy fuertes presiones para avanzar en el  sentido querido por los acreedores. Aunque el FMI se defiende de  considerar el arreglo de este litigio como condición a la entrega del  dinero, sus Estados miembros deciden congelar el tercer tramo (160  millones de dólares), para finalmente desbloquear su entrega el 9 de  abril de 2010. Después del FMI, Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca  anuncia el desbloqueo del segundo tramo de su préstamo bilateral.
El 17 de junio de 2010, día aniversario de sus 66 años  de independencia, Islandia obtiene el estatuto de candidato oficial a la  Unión Europea. Las negociaciones con Londres y La Haya llegan, el 8 de  diciembre de 2010, a un nuevo acuerdo, supuestamente más aceptable para  la población. La tasa de interés es llevada al 3,3% por la parte  británica y al 3% por la parte holandesa, en lugar del 5,5% y la  duración de la devolución alargada de ocho a treinta años (entre 2016 y  2046, en lugar de 2024). La liquidación de los activos de Landsbanki es  mejor tomada en cuenta.
El 10 de enero de 2011, el FMI anuncia haber  desbloqueado el quinto tramo de su préstamo a Islandia, por un montante  de 160 millones de dólares. Los términos de este nuevo acuerdo son  debatidos en el Althingi el 16 de febrero de 2011 y votados por 44 votos  a favor, 13 en contra y 3 abstenciones. Para la mayoría de los  parlamentarios, se trata de una tasa a pagar para hacer las paces con la  "comunidad internacional", dar satisfacción al FMI, a las agencias de  notación, tener de nuevo acceso a los mercados financieros mundiales y  facilitar las negociaciones de adhesión a la UE.
¡Y “No” dos veces!
Sin embargo, el 20 de febrero, el presidente de la  República decide la organización de un nuevo referéndum popular, como  consecuencia de un nuevo manifiesto que había recogido más de 40.000  firmas. La primera ministra islandesa, Johanna Sigurdardottir, se  permite entonces declarar: "Es decepcionante. Habíamos anticipado que el  presidente iba a firmar el acuerdo sobre Icesave (…). El acuerdo ha  sido aprobado por mayoría en el Parlamento y no es normal que un  presidente se oponga a un acuerdo adoptado por una tal mayoría",  añadiendo que, en su opinión, hay "pocas posibilidades de que Gran  Bretaña y los Países Bajos estén dispuestos a renegociar este acuerdo".  Sin embargo, y felizmente, el pueblo se pronuncia una segunda vez por el  no. Desde una independencia de Dinamarca, un poco apresuradamente negociada  en 1944, la cuestión de reescribir la Constitución, aún en gran medida  basada actualmente en la de Dinamarca, ha sido planteada en numerosas  ocasiones. La crisis "Icesave" parece haber precipitado este debate en  el espacio público islandés. El Parlamento decide entonces, de acuerdo  con el programa electoral, la creación de una Asamblea Constituyente con  vista a llevar a término este proyecto. El 27 de noviembre de 2010, son  elegidos por voto popular veinticinco miembros entre más de quinientos  candidatos. Poco tiempo antes de que esta Asamblea comience a deliberar,  la elección de los miembros queda invalidada por el Tribunal Supremo  islandés por vicios de procedimiento. A finales de febrero de 2011, la  Asamblea Constituyente es transformada en Consejo Constitucional,  compuesto de las mismas personas precedentemente elegidas. Debería hacer  sus propuestas de aquí al mes de junio de 2011.
A causa de esta crisis sistémica del capitalismo,  Islandia ha bajado en 2010 a la decimoséptima plaza de la clasificación  del PNUD del índice de desarrollo humano. Sufre una brecha social y  económica profunda, que ha dejado un gran número de trabajos de  infraestructuras inacabados y probablemente por mucho tiempo, una  inflación importante, un sobreendeudamiento de los hogares y una tasa de  paro elevada. En el momento de su nacionalización, los tres bancos han  despedido con carácter de urgencia al 20% de sus asalariados.
Según el “Informe mundial sobre los salarios 2010/11” de  la Organización Internacional del Trabajo |1| sobre las políticas  salariales en tiempos de crisis, los asalariados islandeses son los más  duramente golpeados, con una bajada media de los salarios del 8% en 2009  que sigue a una del 4,9% en 2008. Un sondeo muestra que un tercio de la  población contempla la posibilidad de abandonar el país. Queda también  una inmensa frustración entre la gente, que admite mal que la decena de  responsables siga durmiendo tranquila. Los banqueros y los hombres de  negocios islandeses, sometidos a investigación criminal en Islandia,  están aún activos en el mundo bancario, y algunos se han convertido  incluso en consejeros financieros en Londres, Luxemburgo o Canadá.
Los islandeses no aceptan que un banquero pueda amasar  una fortuna considerable haciendo correr riesgos desmesurados a la  sociedad entera y luego haga pagar los gastos al estado y los  ciudadanos. Como decía William K. Black: "The best way to rob a bank is  to own one" la mejor forma de robar un banco es ser su propietario].  Están convencidos de que se puede encontrar suficiente dinero en los  haberes de los bancos para pagar los destrozos ocasionados. No  comprenden por qué los responsables de la crisis no han sido puestos en  una situación en que no puedan hacer daño: la mayor parte de los  dirigentes de las grandes potencias y de los grandes bancos que han  llevado a la economía a este callejón sin salida no han sido  inquietados, aunque estén perfectamente identificados. No comprenden  tampoco por qué las reglas del juego siguen sin haber sido cambiadas a  nivel internacional, cuando las consecuencias sobre las condiciones de  vida de las poblaciones, que son las principales víctimas de la crisis,  se degradan duraderamente. Por el momento, los culpables han logrado  hacer pagar el precio a las víctimas. ¿Dónde está la justicia social? Los bienes nacionales continúan siendo vendidos a precio de saldo a las  sociedades extranjeras. Islandia es el séptimo productor mundial y el  segundo productor europeo de energía geotérmica. En 2010, la cantante  islandesa Björk, apoyada por la diputada europea Eva Joly, llevó a cabo  una campaña contra el proyecto de compra casi íntegra de la compañía  pública HS Orka, productora de energía geotérmica, por la multinacional  canadiense Magma Energy Corp. Sin éxito. Los grupos exteriores al  Espacio Económico Europeo (EEE) no estando autorizados en Islandia a  poseer un productor de electricidad, Magma ha utilizado una filial en  Suecia para esta adquisición. Desde finales de 2010, Magma posee pues el  98,53% de HS Orka |2|.
Movilizaciones populares, referéndos rechazando los  diktats de los acreedores, la actualidad islandesa da motivos para tener  un poco de esperanza. Pero no para estar eufórico. En efecto, a pesar  de algunos puntos álgidos, no es razonable, como han hecho algunos,  hablar de una revolución en marcha. Este movimiento social no pretende  hoy poner en cuestión la adhesión a los principios del libre mercado,  del neoliberalismo y de la ortodoxia económica. Las elecciones no han  cambiado verdaderamente la situación: el capitalismo sigue siendo tan  estructuralmente dominante como lo era antes de la crisis. La élite  restringida de la isla sigue estando ahí. La elección de la Asamblea  Constituyente no ha suscitado realmente pasiones: solo el 36% de los  inscritos se ha desplazado a las urnas para seleccionar a sus miembros.  Y, a pesar de una fuerte participación en las peticiones y en las  manifestaciones, la crisis "Icesave" no ha estimulado un interés  desmesurado por la política entre los islandeses, ni un deseo particular  de hacer caer el sistema que les ha arruinado.
Los recientes sondeos muestran que más de la mitad de  los ciudadanos no desean meterse en una aventura política. Pero si una  nueva Constitución realmente progresista puede salir de este proceso, a  pesar del cansancio constatado entre los ciudadanos islandeses, puede  ser un verdadero paso en la buena dirección.
Notas
|1| http://www.ilo.org/global/publicati... |2| http://www.magmaenergycorp.com/Prop...
P.-S. http://www.cadtm.org/Islande-NON-et...
Yvette y Mike Krolikowski son militantes del CADTM en Francia (www.cadtm.org).
Damien Millet es portavoz del CADTM en Francia y coautor con Eric Toussaint de La crise, quelles crises?, Aden-CADTM, 2010. 
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